martes, 16 de septiembre de 2014

La deuda en la Torre de Babel

Por Francisco Grillo

El envío al parlamento de una ley para cambiar el domicilio de pago de deuda por parte de la presidente Cristina Fernández de Kirchner originó una inigualable diversidad de opiniones por parte de políticos, economistas y la sociedad, tanto por el lado del oficialismo como de los opositores.




Es difícil de comprender que pueda haber, sobre un mismo tema, tantas ideas diferentes. Es como una Torre de Babel donde es imposible que puedan entenderse los que hablan infinidad de lenguas diferentes. Los argentinos usamos un mismo lenguaje pero los pensamientos son tan dispares que parecemos 42 millones de individualidades. Siempre se dijo que en la Argentina, país futbolero por excelencia, hay tantos millones de técnicos como ciudadanos en los padrones. Estamos convencidos de que también existen la misma cantidad de políticos y economistas. No podemos ponernos de acuerdo en el rumbo que debe tomar el país. Cada uno tiene su idea propia y diferente. No hay forma, bajo estas condiciones, de encauzar el destino de la nación.  

¿En definitiva, es tan difícil resolver este tema de la deuda? Repetiremos un resumen de la situación: la deuda viene de la época de la dictadura, algunos dicen -casi con acierto- que la mayoría de esos montos de deuda fueron contraídos por privados y luego estatizados por deleznables gestiones gubernamentales. Le toca en turno al período de gobierno iniciado por Kirchner y continuado por Cristina hacerse cargo de la reestructuración de la deuda, como una responsabilidad más de la gestión de gobierno. Con pálidas como esta o con viento de cola -como la coyuntura internacional favorable a la comercialización  de los comodities- está todo incluido en el paquete de condiciones que exige la responsabilidad del cargo (y cuando se asume la misma no caben los arrepentimientos). Nadie fue obligado a candidatearse. Algunos expertos aseveran que las reestructuraciones del 2005 y 2010 fueron desprolijas y dejaron brechas para que se cuelen los fondos especulativos, otros dicen que fue una negociación exitosa. Lo cierto que estamos en este atrancamiento de la resolución de un problema que se está convirtiendo en más grande de lo que debería ser. Al fin de cuentas es una resolución  técnica, como pagar un cheque o un compromiso de pago. Que Griesa se haya excedido y encarnizado con nuestro país es muy posible, su fallo es extraño, pero ¿por qué con la Argentina? No fuimos los únicos en pasar por estas instancias. Y también preguntamos porqué hay tantas cosas resueltas por otros países que para nosotros resultan imposibles de resolver (como la inflación, la caída de las reservas, el déficit fiscal, etc, etc, etc.) Transcribimos a continuación las distintas voces de la Torre de Babel… ninguna de ellas se entiende con las otras y todos hablan en castellano, pero piensan de manera diferente:

Axel Kicillof, ministro de economía:"vamos a pagar el próximo vencimiento del 30 de septiembre. Son 200 millones de dólares. Los tenemos. Queremos pagar y lo vamos a hacer, aunque no lo podamos hacer a través del Banco de Nueva York. Si no hace nada, lo que está haciendo es ratificar la sentencia del juez Griesa y se convierte en un escribanía del juzgado de Griesa”.

Daniel Scioli: “Algunos lamentablemente anticiparon su voto en contra, ahora, yo pregunto: ¿votar en contra de esto qué significa? ¿votar a favor de qué? De los buitres”.

Mauricio Macri: “hay que acatar el fallo, no tal cual como dice Griesa, pero sí en cuotas y a largo plazo. Y, en consecuencia, rechazó cambiar la jurisdicción de Nueva York. Nosotros propusimos reabrir el canje en 2012 y el gobierno se opuso”.

Sergio Massa: “presenta un proyecto alternativo fijando como jurisdicciones de pago París y Basilea”.

Hermes Binner: “no aprobaremos un proyecto de esta naturaleza porque no hay ningún plan para poder resolver el tema de garantizarle el pago al 93% que tiene renegociada la deuda. Creemos que compromete aún más la actual situación social y económica”.

Elisa Carrió, una de las líderes de UNEN: “la primera lectura del texto denota una mascarada irresponsable de los errores cometidos por el propio gobierno. No  debemos caer en la trampa del ejecutivo, que pretende imponer la agenda”.

Patricia Bullrich, diputada nacional del PRO: “la presidente sigue sin reconocer las consecuencias de los errores económicos de su gestión y busca la culpa en el otro”.

Adolfo Rodríguez Saá, senador del Peronismo Federal: “la deuda es el monumento más grande a la corrupción y la usura internacional. Este gobierno prorrogó la jurisdicción en Griesa y ahora tenemos que pagar los platos rotos. Formemos una comisión bicameral que se haga cargo de arreglar la deuda interior y exterior de la Argentina".

Fernando "Pino" Solanas, del bloque FAP-UNEN: “el país ya pagó casi 400 mil millones de servicios de deuda desde la dictadura al presente. ¿Qué es esto sino un fracaso? Hay que revisar la totalidad de la deuda externa porque la parte contraída por la última dictadura militar es "ilegal".                            
Luis D’Elía: “los buitres económicos son gorilas en lo político. Buitre es el nuevo nombre del gorila”.

El envío al parlamento de una ley para cambiar el domicilio de pago de deuda por parte de la presidente Cristina Fernández de Kirchner originó una inigualable diversidad de opiniones por parte de políticos, economistas y la sociedad, tanto por el lado del oficialismo como de los opositores.

Es difícil de comprender que pueda haber, sobre un mismo tema, tantas ideas diferentes. Es como una Torre de Babel donde es imposible que puedan entenderse los que hablan infinidad de lenguas diferentes. Los argentinos usamos un mismo lenguaje pero los pensamientos son tan dispares que parecemos 42 millones de individualidades.

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