martes, 16 de septiembre de 2014

Entrevista a Ricardo Alejandro Luna: La pasión de un argentino por la música clásica

Por Gastón Sanguinetti

Villas entrevistó durante el mes de agosto al licenciado en música en las especialidades de composición, dirección coral y orquestal. En su visita al país habló de todo. Otro argentino más que triunfa en el mundo.




Con la fundación del Coro de Cámara de Puerto Madero, mientras realizaba sus estudios -con el cual ofrecía numerosos conciertos tanto en la capital como en las provincias- comienza esta interesante historia de vida que nos contó Ricardo en su visita a nuestro país.

Desde los 12 años, su pasión con la música clásica se convirtió en su verdadera profesión.  “Es un poco inusual, inicialmente. Yo quería tocar la batería en un grupo de rock, pero mi madre me dijo que no, entonces mis padres me compraron un órgano electrónico y con eso trataba de encausarme para otro lado y lo logró, hasta que un día ese instrumento se rompió. Mi papa tenía la costumbre de escuchar música clásica en casa y al romperse el teclado yo necesite escuchar esa música. Con el tiempo fui comprándome mis propios discos y me gustó tanto que, al tiempo, comencé a estudiar piano”.

Su vida siguió anotándose en la Universidad Católica Argentina, donde luego se recibió de licenciado en música en las especialidades de composición, dirección coral y orquestal.

“Todo se fue dando: de cantante de coro me convertí en director y llegué a tener mi propio coro. Lo dirigí durante tres años sobre el final de mis estudios hasta que decidí irme a Austria en el 2000” relató Luna.

Cuando se lo consultó sobre su viaje a Austria, Ricardo nos contó: “una vez terminados los estudios, me dije ‘necesito un posgrado’ y decidí estudiar allá. Durante ese periodo se fueron dando muchas oportunidades y las fui aprovechando. Allá (en Viena) hay una vida musical muy activa y por eso me quedé”.

Ricardo Alejandro Luna ofreció su primer concierto en Viena con la Sinfonía Nº 1 de Anton Bruckner y con el Concierto para Orquesta de Béla Bartok en Szombathely, Hungría. Luego del éxito obtenido en estos conciertos fue invitado a dirigir un nuevo programa, el que incluyó -entre otras obras- la Obertura-Fantasía “Romeo y Julieta” de Peter I. Tschaikowsky, el poema sinfónico “Muerte y Transfiguración” de Richard Strauss y la Sinfonía Nº 1 de Johannes Brahms.

Luna también destacó que trabajó en Austria como cantante bajo la dirección de los mejores directores de orquesta del mundo: “hay un intercambio cultural muy grande y tuve la posibilidad de trabajar con la filarmónica de Viena bajo la dirección de Baremboim y uno aprende muchísimo” reveló.

Sobre su visita a la Argentina, el músico explicó que viene a nuestro país todos los años durante los meses de julio y agosto para visitar a su familia.

Consultado sobre la situación del país, Ricardo Luna expresó: “es un país al que no lo veo bien. Hay muchas posibilidades de crecimiento, pero veo que hay necesidades básicas que todavía no están cubiertas. Ojalá que esto mejore y nos pongamos de pie para que seamos un gran país”.

Si bien, los argentinos no pudimos disfrutar mucho de su trabajo, como director invitado ha tenido a su cargo en reiteradas oportunidades la dirección de la Orquesta Sinfónica de Gral. San Martín con la cual se ha presentado por primera vez en dos conciertos junto al Coro de la Catedral de San Isidro.

Además, Villas pudo saber que en su próxima visita, en el 2015, quizás los vecinos de la Comuna 11 tengan la posibilidad de disfrutar su música.

Ricardo Alejandro Luna, un argentino que triunfa en silencio.

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