Por Fernando Elias (Vicepresidente
del Banco Ciudad)
El escenario político y económico de la Argentina
viene cambiando de un modo vertiginoso y Mauricio Macri y su
equipo de campaña tomaron nota, y se movieron bien y justo a tiempo.
A nivel económico, las sucesivas devaluaciones y el aumento de la
inflación que se suscitaron en 2018 y 2019, generaron una fuerte caída del
consumo, del nivel de actividad y el empleo, y se generó un clima
propenso para la búsqueda de otros líderes, de otras recetas.
No obstante, desde que el FMI permitió la intervención del Central aún
dentro de la banda que anteriormente estaba fijada como de "no
intervención", la estabilidad cambiaria y la desaceleración de la
inflación, comenzaron a mejorar la imagen del Presidente y sus perspectivas
eleccionarias.
En ese contexto, fue la ex Presidenta CFK quien dio el primer golpe de
escena, con la convocatoria a Alberto Fernández como su candidato
a Presidente. Era una movida que alteraba toda
la arena política, pero era claro que los demás no se iban a quedar
quietos, ni el oficialismo tampoco. La pelea recién empezaba.
Sergio Massa, siempre afecto a especular y demorar sus decisiones
para valorizarse, pensó que era su momento. Mientras negociaba con María
Eugenia Vidal si ella era su candidata a Gobernadora (colectoras
mediante) al mismo tiempo que lo era para Cambiemos, negociaba
también con la dupla Fernández-Fernández. Que, si iba a las Paso como
candidato a Presidente de una alianza con Unidad Ciudadana, que,
si iba como candidato a Gobernador de Buenos Aires por
ese espacio, etc.
Muchos hablan (o hablaban) de la poca visión política
de Macri y su mesa chica. Les reconocen su habilidad en temas
electorales, pero les critican haberles dado poco espacio a figuras
con mucha habilidad para operar y de generar de alianzas
como Monzó o Frigerio. Pues bien, en tiempo de descuento, Mauricio
tomó una decisión que es a la vez sensata y audaz, que refuerza la
coalición republicana y que le otorgó una bocanada de aire fresco a
los mercados.
Pichetto, si bien ha estado con todos los gobiernos peronistas de la era
post Alfonsín, siempre lideró la bancada desde una
visión dialoguista, de quien aplica sentido común, y no confronta cuando
no es necesario. Ha sido el opositor que más ha apoyado la
gobernabilidad y mantiene una relación muy fluida con los gobernadores e intendentes
peronistas. Es una figura muy respetada dentro del partido, y esa buena
relación con los gobernadores de su espacio, le puede dar chances de
atraer los votos de los senadores provinciales que serán tan vitales a la hora
de gobernar no sólo desde las PASO hasta las elecciones sino en el próximo
período de gobiernos.
Eligiendo a Pichetto, el Presidente sumó al peronista
que más se le parece, contragolpeó duro recuperando protagonismo
en la escena política y electoral, y
dejó a Massa totalmente fuera de foco.
Yo celebro este nuevo paradigma que está comenzando a construirse en la
Argentina, donde la política ya deja de ser solo partidaria, sino que se basa
en consensos amplios y potentes.
Cambiemos ya tenía dirigentes de cepa peronista, como Frigerio,
Santilli, Ritondo, Monzó y Massot, (entre otros), pero esta
nueva y más amplia apertura hacia el peronismo republicano,
implica la formación de una nueva coalición de gobierno tan inédita
como necesaria. El contexto impone condiciones y proyectos de la magnitud de
las reformas impositiva, laboral y previsional pendientes, que de ningún modo
podrían ser llevadas a cabo por una fuerza política en soledad.
Por otro lado, los mercados vienen dando su veredicto, la baja del dólar
y del riesgo país, y la suba de los bonos y de las acciones, hablan de una
confianza en vías de restauración. Y la confianza y la
estabilidad (que llevarán a la baja de las tasas de interés y de la
inflación) son las madres de la recuperación económica -
financiera para que mejoren la oferta de crédito y las
inversiones.
Cambiemos modificó su nombre, pero de ninguna manera cambia la
convicción de que no debe haber vuelta atrás. Este paso adelante es vital para
la consolidación de la democracia y para la construcción de un país mejor y más
inclusivo.