Cuántas veces caímos,
cuántas veces nos levantamos. Pero, por Dios, cuando dejaremos de caer y
despegamos del suelo para levantar vuelo. Eso del país adolescente ya caducó
hace mucho. EE. UU, declaró su independencia en 1776. Son nada más que cuarenta
años. Dejamos de ser un país joven. Venimos postergando el crecimiento.
jueves, 10 de enero de 2019
2019, el año de las decisiones
Litio, de Argentina para el mundo
El litio es un mineral que tiene una proyección a futuro inmejorable. Se
lo utiliza en las baterías, cada vez más usadas en los elementos tecnológicos
de última generación. En los acumuladores de los autos eléctricos. También en
medicamentos, vidrio y arcillas. Se producen, en la actualidad, 40 mil
toneladas anuales y se puede triplicar esa cantidad en poco tiempo.
Nuestro país cuenta con reservas muy significativas. Estamos en
condiciones de convertirnos en uno de los mayores exportadores del mundo de
este producto. Lo cual generaría ingresos de muchos millones de dólares. Argentina, junto a Chile y Bolivia son parte
del llamado “triángulo del litio”, la denominación está originada en la región
que tiene las reservas del 70% de ese mineral en el mundo. Está situada en la
altura de la Puna de Atacama y comprende a los salares de: El Hombre Muerto
(Argentina), Uyuni (Bolivia) y Atacama (Chile). La producción mundial del litio
es de 192 mil toneladas. Australia es el principal proveedor con un 40% del
total. Chile, lo sigue con el 33%. Después Argentina, con el 16%. Es un negocio
en estado de desarrollo, se calcula, de unos l2 mil millones de dólares en el
mundo. De los cuales Argentina participa con 300 millones. Pero la proyección
indica. Que para el 2025 alcanzará los 7700 millones de dólares por el consumo
de 700 mil toneladas de litio. Actualmente en nuestro país existen dos saleras
en actividad. En Catamarca, El Hombre Muerto, de la empresa FMC, que extrae
22.500 toneladas. En Jujuy, Olaroz, de Sales de Jujuy, con 17.500 toneladas.
Hay dos proyectos en desarrollo; Cachuri de Minera Exar, en Jujuy y Salar del
Rincón, de Energy, en Salta. Además, en períodos de definición, existen siete
más. Esos son Antofalla, Tres Quebradas y Sal de vida, en Catamarca y
Centenario, Gallego Proyect, Mariana 1,2 y3, Salar de ratones y Pozuelos en
Salta. Realmente existen unas posibilidades enormes a futuro con la extracción
de este mineral. Las demandas de consumo de aquí al futuro son inmensas.
Contamos con unas reservas que nos colocan en los primeros lugares para proveer
el producto. En estas circunstancias se plantea la discusión sobre la modalidad
de encarar el negocio. Porque si bien el valor del mineral, como producto
primario, aumentará a precios muy importantes, como está previsto en las
proyecciones sobre el incremento del uso en la medida que se profundice el
desarrollo de los autos eléctricos, que está en vías de despegue. Se calcula
que desde ahora hasta el 2025, los autos impulsados por motores eléctricos irán
reemplazando a los alimentados por derivados de petróleo como combustible.
Serán muchos millones de autos que se fabricarán con esta tecnología. Lo cual significará
una demanda fenomenal del lito para la provisión de las baterías como partes
imprescindibles de esos automóviles. Desde el 2015 a la fecha, se duplicó el
valor del mineral, de 3400 dólares por tonelada a 6800 dólares por aumento de
la demanda. Se supone que cuando, se incremente, todavía mucho más, el valor se
multiplicará en la misma proporción. Entonces comienza a debatirse el tema de
que es lo que puede generar, para Argentina, la explotación de un producto tan
requerido como este, con tanto futuro en su comercialización y la alta
capacidad de nuestras reservas. Si se lo toma como cualquier otro mineral,
dejan muy exiguo porcentaje del valor de sus extracciones. Alrededor del 3,5%
es el valor en la boca de mina más impuestos e ingresos brutos. La necesidad
del mercado le otorga otro valor por la utilización. Tiene un gran contenido
estratégico que debería repercutir en el encasillamiento del litio en cuanto a
la propiedad de los yacimientos y la generación de la actividad como renta
considerando su incidencia en la demanda energética del presente y del futuro
cercano, con el desarrollo de fuentes energéticas renovables y no contaminantes.
Hay otro punto que demanda el debate. Es cierto que, como dice el Secretario de
Minería de la Nación, Daniel Meilan “No
se puede pretender que ahora se ponga en consideración la posibilidad de
instalar fábricas de baterías, cuando es una actividad que recién se inicia.
Para llegar a esa instancia, a otros pases, les ha llevado muchos años”.
Las razones se basan en la división de trabajos a nivel global. Además, la
fabricación de las baterías tiene un costo muy alto que se reduce por las
escalas y las tecnologías que se manejan. Una planta dedicada a estos fines en
China, EE.UU. o Europa está en condiciones de producir enormes cantidades de
unidades. Competir a ese nivel, demandaría inversiones e infraestructura lejos
de nuestro alcance en estos momentos. Chile exporta todo lo que extrae. Bolivia
ha decidido tomar por el camino de sumar le al negocio valor agregado, su
gobierno u proyecto aprobado por sus legisladores para encarar la
industrialización del litio, con una inversión de diversas empresas
internacionales de 900 millones de dólares. En un quinquenio, la venta de
materiales catódicos y baterías produciría un ingreso anual de 1.500 millones
de dólares, que equipararía al total de la explotación minera del conjunto de
los sectores. Son datos para tomar en cuenta. Amerita un debate y análisis
técnico sobre el rumbo a seguir. Es indudable que esta es otra de las
fortalezas para contribuir a la grandeza de Argentina. Producir más de lo que
se gasta es la manera. El litio es otra excelente oportunidad. viernes, 4 de enero de 2019
Vaca Muerta, una apuesta cerca de la realidad
Por Francisco Grillo
Es quizás,
una de las mejores oportunidades de Argentina. El sector que promete
convertirse en uno de los mayores recursos para la construcción del nuevo país
posible. La dimensión de la riqueza del yacimiento de hidrocarburos de Vaca
Muerta es una verdadera fortaleza.
No es
descabellada la idea de ir presentando, uno a uno, los sectores productivos que
pueden generar los ingresos genuinos para desandar todo lo mal andado y
emprender el crecimiento y desarrollo sustentable de un territorio como este. “Bendecido
por Dios”, más que bien aplicada esta frase con que Jorge Ben Jor describía
a su “País tropical”. Argentina no es Brasil. Porque no es tropical, no tiene
la extensión de su geografía y su mercado demográfico, ni su impronta ejecutiva
y actitud. Pero nadie duda que, en el reparto de bienes, Dios o la naturaleza,
privilegiaron estas tierras. Brasil, con todos sus problemas, puede mostrar
cifras económicas, productivas y comerciales que lo colocan en posición de
competitividad en las grandes ligas de las naciones. Nos desviamos por un
instante de Vaca Muerta para una breve descripción del país hermano. Así podemos
apreciar cuanto nos alejamos de su realidad y como cambiar la actitud para
acercarnos. Es la sexta economía a nivel mundial por el PBI, según datos de la
OEA. La mayor de América Latina y la segunda de América. La inflación es del
2,9%. El dólar está a 3.71 reales. Las exportaciones son de 190.000 millones de
dólares. Importa por 171.000 millones. Los productos que se venden al exterior
están compuestos por una parte de su sector agrícola y ganadero, pero
fundamentalmente por una enorme cantidad de manufactura industrial y de alta
tecnología como automóviles, armas, aviones, barcos, plataformas submarinas
para extraer petróleo, etc. Una población de 210 millones de personas y una
fuerza laboral de 108 millones. En la cantidad y calidad de sus exportaciones
podemos comprender nuestras diferencias. Hay un alto valor agregado en sus
ventas al exterior, A diferencia nuestra que vendemos mayormente productos
primarios, salvo reducidas excepciones. Cuantos fueron y son nuestros errores
en la administración y planificación de una nación que está para más. Parecido,
aunque lejos de la dimensión de Brasil, estamos para entrar a jugar en esas
ligas, porque podemos multiplicar nuestros ingresos simplemente explotando
nuestras riquezas en forma racional e inteligente. Eso es lo que nos falta,
racionalidad e inteligencia. Además, a los brasileros los distingue su actitud
positiva para lograr lo que se proponen. Debemos convencernos que, llegar a
esas metas, está a nuestro alcance. Solo es necesaria la voluntad de hacerlo.
Vaca Muerta es un claro ejemplo de lo que sería posible. Con una
superficie de 30 mil km2, es la mayor formación sedimentaria de shale gas y
shale oil de nuestro país, el segundo a nivel mundial para gas no convencional
y el cuarto en el mundo, de petróleo no convencional. Ubicado en el Sudeste, en
la Cuenca Neuquina. Las investigaciones han demostrado que, en este lugar hay
reservas por 16,2 millones de barriles de petróleo y 308 TCF de gas. Esto
significa, ni más ni menos, multiplicar por diez las reservas de Argentina
por esos conceptos. Es un gran desafío que se está llevando adelante y que
significa, además del alto rendimiento económico, una generación de empleo para
500.00 personas de acá al 2025. Ya comienza a dar sus frutos y convertirse en
realidad. Con las inversiones realizadas en los últimos 2 años se ha conseguido
un excedente en la producción de gas que nos permitió volver a exportar, luego
de la carencia en que estábamos sumidos antes de profundizar el proyecto. Eran
épocas que se compraban cargamentos de gas que se transportaban en barcos desde
el exterior por precios muy elevados. Dejamos de importar, nos autoabastecemos
y comenzamos a exportar Es el inicio del desarrollo energético que colocará a
la Argentina entre los principales productores de estos recursos del subsuelo.
No hay dudas, este es el camino, hay que seguir estos primeros pasos para ser
una Argentina adulta, productiva y que aprovecha sus recursos sesudamente.
También el modelo de este proyecto es una prueba de lo que puede la
Argentina cuando se lleva adelante una política de Estado con un objetivo
definido y el gobierno siguiente mantiene lo realizado por el anterior y lo
continúa, profundizándolo. Eso es jugar para él país. Las primeras
inversiones para la explotación de Vaca Muerta llegaron en el año 2013, con el acuerdo entre YPF -
con Galuccio como CEO - y Chevron, con un aporte de 1240 millones de dólares
por cada una de las empresas, para comenzar los trabajos de exploración. De
allí en más se fue avanzando. En los últimos dos años los inversores
intensificaron su interés y se concretaron varios acuerdos importantes. Hoy, 30
empresas operan en el lugar - Total y Schulumberger, Pan American Energy,
Shell, Pluspetrol, Tecpetrol, Pampa, Exxon, YPF - entre otros, llevan
invertidos alrededor de 8.500 millones de dólares. La actividad va creciendo y tiene impacto
directo en Añelo, una localidad de 2.250 habitantes a 7 km de Vaca Muerta y a
100 km de la capital de la provincia. La explotación de Vaca Muerta va
modificando el status de este pueblo que crece velozmente y va transformando su
modus vivendi por la multiplicación de su población impulsado por el
mega emprendimiento. Necesitará de la estructura adecuada para convertirse en
receptor de esa cantidad de nuevos habitantes y demandará nuevas viviendas,
hoteles, restaurantes, consumo en general, esparcimiento, escuelas y
hospitales. La infraestructura del transporte con más rutas, micros, camiones y
aviones. También impacta en la provincia de Buenos Aires por la utilización del
puerto de Bahía Blanca para la salida del petróleo y el gas. Está proyectado
adecuarlo a las nuevas necesidades con una inversión de 1200 millones de
dólares. El transporte desde Añelo a Bahia Blanca será realizado por “El Tren
Norpatagónico”, con una inversión de 750 millones de dólares. Vaca muerta, ya está rindiendo sus frutos y la
proyección nos brindará miles de millones de dólares para sostener nuestro
desarrollo. Las fortalezas construyen nuestro futuro.
Macri, el mérito de lograr el cambio o la transición hacia él
Por Francisco Grillo
Con la copa en la mano
del último brindis por el nuevo año, en medios de los deseos de un año mejor,
vamos repasando lo que pasó en el 2018 y nos encontramos con la incertidumbre
sobre qué ocurrirá en el 2019, que se inicia con su impronta de año electoral.
Eso es, de cara al
futuro, la necesidad de realizar un análisis de lo actuado hasta ahora por la
actual administración de gobierno personalizada en Maurlcio Macri y su equipo
de gobierno. El balance de lo actuado, como expresara el amigo Cobos con la
125: “No fue positivo”. El voto de la gente no resultó equivocado. En el
2015, el modelo anterior, con tinte populista, se había agotado. Doce años,
conforman tres períodos consecutivos en el poder. Es difícil, en el mejor de
los casos, si todo hubiera resultado bien, que el poder no se devore a sus
impulsores. Es imposible evitar el desgaste que produce su ejercicio. Tampoco,
los interpretes de esa administración fueron un ejemplo para imitar. El mejor
de los tres mandatos fue el primero, a cargo de Néstor. Después, Cristina fue
de mayor a menor incluyendo el impacto a favor que le causó la muerte de su
esposo. Ante este escenario, por muy estrecho margen, la sociedad eligió el
camino del cambio. Acertó en el candidato, porque era el más indicado para
representarlos en ese sentido. Elaborar un pensamiento para determinar cuál fue
el resultado de esta gestión es sumamente dificultosa. En medio de los deseos
de feliz y próspero año nuevo, los anuncios de aumentos del transporte (40%),
Electricidad (43%), Gas (35%), Agua corriente y cloacas; no tienen mucho de
buenos augurios. La idea es concentrar la suba de las tarifas en el primer
cuatrimestre para alejarlas de los tiempos electorales. Con la mejor buena
voluntad para comprender las decisiones de la política y de la economía, no
cabe otra posibilidad de imaginar que esta administración está muy jugada y con
poco margen para revertir la situación de la economía. No tienen otra
alternativa que, en algún momento, aunque sea algo difícil de predecir de
acuerdo a los actuales parámetros, la economía de un vuelco y se estabilice
como para impactar en la opinión de la gente y les renueve los votos para
proseguir el camino del cambio y del crecimiento que es para lo que fue elegido
este gobierno. No hay mucho tiempo, una luz de esperanza siempre queda. Es
cierto que el tiempo de gestión es muy corto para emprender la reestructuración
de un modelo de país que lleva varias décadas de desatinos. Quizás merezcan la
posibilidad de una nueva oportunidad para demostrar si pueden o no convertirse
en los ejecutores de la transformación. De no alcanzar esa dimensión, en el
corto tiempo que queda para las elecciones, esta administración quedará en la
historia como la que realizó el trabajo sucio del ajuste. Como ocurrió durante
el gobierno de Eduardo Duhalde (2002-2003) con su ministro Remes Lenicov que
fue el que se quedó con los palos del trabajo sucio y le pasó el timón de la
economía a Roberto Lavagna que asumió sobre el final del mandato de Duhalde y
siguió como legado de éste al presidente Kirchner. Fue en ese período donde
pudo visualizarse la salida de aquellos momentos de zozobra y que permitieron
ir revirtiendo todas las variables de la economía. Tampoco en ese momento se
aprendió la lección porque después de irse Lavagna volvió a torcerse el rumbo
virtuoso. Para este gobierno quedan dos alternativas: El mérito de lograr el
cambio o la transición hacia él. Está en sus manos alcanzar cualquiera de
las dos opciones. La sociedad será la que juzgue y premie o castigue. De no ser
Macri el transformador, las alternativas que quedan están representadas por
Cristina, lo cual dejará de ser un cambio sino la continuidad de todos los
fracasos que cerraron su último período. La otra deberá nacer de la
concertación del peronismo federal, racional o como se lo llame. Están jugando
con la posibilidad de candidatear a Lavagna para asociarlo con aquella función
positiva que ejerció en los finales de Duhalde y en los primeros años de
Kirchner. Todo puede ser. Lo importante es lo que decida el pueblo. El dueño de
los votos y del poder.
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