Villas se acercó al taller que el piloto posee en el autódromo Oscar y Juan Gálvez. Una historia que nace en el barrio, pero no sabemos qué tan alto podrá terminar
El autódromo porteño Oscar y Juan Gálvez presenta una soledad predominante, por eso se escucha nítidamente el sonido del motor de los coches que están probando en la pista. En ese contexto, nos acercamos hacia los talleres del kartódromo que se encuentra a un costado. Allí lo encontramos a Franco Crivelli: el personaje de esta nota. Se lo nota ansioso y con una mueca de felicidad. Y no es para menos: disputar su primer mundial de karting puede llevarlo por nuevos caminos y abrirle grandes puertas. Pero a pesar de eso, el campeón argentino de la especialidad conserva los pies sobre la tierra. “Mi primera expectativa es poder aprender y sumar la mayor experiencia posible para mi vida. Esto es algo que no se si voy a poder volver a hacer, aunque el año que viene espero poder estar ahí. Por el momento pienso en disfrutarlo y en ir preparado al 100% para tener el mejor papel posible”, comentó Franco, mientras le pegaba las calcomanías de su sponsor al auto.
A Crivelli se lo ve meticuloso con su auto, deja perfectamente terminada la carrocería con sus patrocinantes bien visibles. Y así es con todo. De hecho la costumbre de que un mecánico pueda tocar su karting aún no se hizo presente. “Por ahora el auto me lo armo yo, en todo sentido. Solo tengo un mecánico para las carreras, pero mucho no me gusta. De hecho yo fui a la Escuela Técnica Nº35 de Monte Castro, la de automotores y eso me ayudó mucho. Cuando vos ya conocés tanto a tu coche, te preguntas ¿Cómo otra persona va a saber lo mismo que yo de mi herramienta de trabajo? Y ahí es cuando aparece la desconfianza. Pero bueno, es algo que voy a tener que ir adquiriendo, porque en un futuro, en otra categoría, mi auto no lo voy a tocar más”, explicó Franco.
La suerte de este ciudadano de Villa del Parque es que no tuvo mayores objeciones por parte de su familia a la hora de elegir correr en autos. “Cuando era chico me compraron mi primer karting. No andaba a mucha velocidad, pero ahí me di cuenta que las carreras de competición en coches era lo mío. Entonces fui insistiendo para tener uno mejor, de mayor velocidad y, con esfuerzo de todos, pudimos adquirirlo. Ahí comenzó mi carrera hasta el día de hoy, que me encuentra a días de disputar un mundial”, dijo el vecino de la Comuna 11.
Además, explicó que por suerte sus personas más cercanas no sienten el miedo natural que podría tener cualquier familiar o amigo si ve que un ser querido disputa un deporte de alto riesgo como lo es el automovilismo deportivo. “A mi mamá, por ejemplo, siempre le gustó el automovilismo, entonces nunca tuvo una preocupación grande por lo que me podría pasar a mí si corría. Conoce los riesgos y los asume. Siempre las madres por ahí son las más temerosas en estos casos, pero por suerte no es el mío”.
Mientras termina de armar su karting para realizar las fotos, Franco cuenta cuál es su plan de cara a su estadía en Europa. “Mi idea es poder quedarme allá, trabajando en alguna fábrica para costear los gastos. Ahí es donde se empieza a hacer carrera en serio. Sino, tengo oportunidades de poder empezar a correr en TC 2000, lo cual también sería muy importante para mí”, contó.
La producción fotográfica concluyó y el piloto guarda su monoplaza en un taller bastante pulcro y ordenado, mientras nos comentó lo difícil que es conseguir publicidad y apoyo para intentar hacer una carrera en el automovilismo deportivo. “Acá, en general, no te dan ningún tipo de apoyo. Yo tengo la suerte de poseerlo, pero no es en la mayoría de los casos. Y es una picardía, porque en Argentina hay muy buen material, muchos chicos buenos que corren y que por ahí quedan en el camino por este motivo. Por eso estoy muy agradecido al equipo Praga, a Rossikart, a Martín Duhalde y a Ezequiel, que es mi preparador físico y está haciendo todo para que yo llegue de la mejor forma al mundial. Y tampoco me puedo olvidar de mi familia y mis amigos, que siempre estuvieron y están con migo apoyándome en este sueño”, concluyó quien tiene como espejo a Fernando Alonso, bicampeón mundial de Fórmula 1.
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