jueves, 18 de septiembre de 2014

El fin de la era de la Generación Dorada

Por Gabriel Ferrari

La “Generación Dorada” marcó un antes y un después en el básquet argentino y como saldo dejó no sólo un oro olímpico y un subcampeonato mundial, sino también la muestra de un equipo con todas las letras.



Pasaran los años y así como Maradona en el fútbol, Fangio en el automovilismo o Monzón en el boxeo, todo el mundo deportivo recordará a Emanuel Ginóbili como el mejor jugador de todos los tiempos del básquet argentino.

Sin embargo, en el caso de éste último, también se recordará que no fue un único jugador, sino la figura de un equipo que consiguió mantenerse por más de una década en la elite mundial gracias a los aportes de una generación de basquetbolistas sin igual, con integrantes estelares como Luis Scola,  Andrés Nocioni, Pablo Prigioni, Carlos Delfino y Fabricio Oberto, quienes supieron llevar su juego en la NBA.

Esta “Generación Dorada” será recordada mayormente por el oro olímpico en los Juegos de Atenas 2004, pero a su vez, también consiguieron el subcampeonato en el Mundial de Indianápolis 2002 y cuarto puesto en Japón 2006 y bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Además, durante más de una década, dejaron al básquet nacional en lo más alto de América ganando casi todos los torneos continentales jugados y dejando como dato de color los triunfos contra el “Dream Team” de Estados Unidos.

Tras tantos años de gloria, el Mundial de España 2014 quedará como el final de una era y, lamentablemente, Ginóbili no  podrá despedirse como todos hubieran deseado, ya que por una lesión en su pierna derecha no estará presente.

Sin embargo, la presencia de Scola y Nocioni siempre ilusiona y permitirán que el final de una etapa brillante del básquet argentino sea con algunos de sus estandartes dentro del campo de juego, luchando nuevamente por dejar la bandera nacional bien en alto.

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