Es
fundamental entender que la muerte es una sola: la muerte encefálica es la
muerte, lo que varía es la forma de diagnosticarla. Entonces, siempre que se
habla de donación de órganos se habla de alguien que falleció. No está ni
"muy grave", ni “gravísimo”, ni en estado vegetativo.
Para
que una persona
fallecida pueda ser donante de órganos tiene que morir con
diagnóstico de muerte encefálica y dentro de una terapia intensiva, lo que se
produce en aproximadamente 5 de cada 1000 fallecimientos -no ocurre esto con
los tejidos, que se pueden donar, incluso en la sala velatoria (en el caso de
las córneas).
Esto
explica la escasez de órganos para trasplante, más allá de todas las personas
que se manifestaron en vida (en nuestro país, cerca
de dos millones y medio).
Desde 1998, por el decreto 1079/97 del poder ejecutivo
nacional el 30 de mayo conmemoramos el
Se eligió este día para celebrar el nacimiento de dante,
el hijo de la primera mujer trasplantada del hígado
en un hospital público de argentina. Este acontecimiento simboliza la
posibilidad de dar vida tras haber recibido un trasplante. La donación de
órganos no sólo salva vidas, sino que permite el milagro de la vida.
Para esta fecha, en todo el país, los pacientes
trasplantados y en lista de espera, ongs, escuelas y diferentes actores sociales organizan
actividades para trasmitir el mensaje solidario, en pos de una comunidad “Donante”.
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