Carla Carrizo, Diputada Nacional de SUMA+ dentro de UNEN,
participó colectivamente de la presentación, por tercera vez, del proyecto que
legaliza el aborto. Villas se juntó con ella para que nos cuente sus
expectativas sobre ello.
¿Quién presentó el proyecto para legalizar el aborto?
El proyecto es de autoría colectiva. Lo fundamental de este
grupo es que entendemos un concepto: La mujer no es una madre, sino una
ciudadana. A partir de ahí articulamos movimientos sociales e instituciones no
gubernamentales y logramos instalar este tema dos veces en el Congreso, aunque
siempre de forma marginal, porque nunca se llegó a instalar en la agenda
parlamentaria. Esta tercera presentación llega mucho más fortalecida que las
anteriores. Apoyan mucho las universidades -sobre todo la Universidad de Buenos
Aires-, organismos internacionales, y casi 70 Diputados. Eso generó una
transversalidad notoria, por diversidad de partidos políticos firmantes, y por
cuestiones de género. Se cumplieron 30
años de democracia y creo que están dadas las condiciones para dar el debate
correspondiente.
¿Cuál es el objetivo de esta tercera presentación del
proyecto?
Creo que los que apoyamos el proyecto deberíamos poder
sostenerlo en el tiempo. Tenemos que lograr la presión necesaria para que el
debate se dé, más allá de que se pierda. El Congreso no es solo un lugar para
aprobar leyes, sino para dar debates. Hay que empezar a desmitificar algunos
temas, como lo son el aborto y la adopción.
¿Por qué el oficialismo ofrece proyectos como el de
matrimonio igualitario, y no abre la discusión sobre el aborto legal?
Yo creo que el Gobierno Nacional habilitó ciertos temas,
como el de matrimonio igualitario, porque vieron que no tenían costo social, ya
que no estaban instalados en la agenda. Si no hay un costo, lo habilitan.
Imaginate que si el Gobierno Nacional no avanza en aborto no punible, que no
tiene ningún tipo de costo, menos lo va a hacer para legalizarlo. También hay
que aclarar que el aborto no punible está garantizado por la Corte Suprema de
Justicia, y el Gobierno Nacional, junto a 8 distritos, incluida la Ciudad de
Buenos Aires, están en deuda con el protocolo para que el aborto no punible sea
un derecho efectivo en caso de necesidad. Es más, la Ciudad de Buenos Aires ha
hecho un protocolo que dificulta aún más el acceso a ese derecho.
Muchos hablan del aborto como una acción carente de moral
¿Es tan así?
Hay mucha confusión con eso. Los que defendemos el aborto
legal no lo hacemos pensando en una cuestión amoral, sino en una moralidad
secular, que no es lo mismo que la moralidad religiosa. La moralidad secular
cree en la autonomía de las personas para decidir. Y la Constitución Nacional
no prohíbe abortar. Además, el Código Penal no tiene el mismo nivel de
legitimidad legal que la Constitución Nacional. El aborto es una cuestión
inmoral para quienes ven a la mujer como un objeto de maternidad, y no como una
ciudadana. La Argentina debe recuperar esa tradición secular y garantizar el
máximo derecho individual a cada persona.
¿Qué expectativas tenés del Frente Amplio Unen?
Es muy bueno que la oposición empiece a ser competitiva.
Creo que la experiencia en la Ciudad de Buenos Aires es un antecedente muy
fuerte en esto. Para mí el Peronismo se va a terminar unificando a través de
las primarias, pero básicamente por un riesgo de competitividad, y los actores
de la oposición tendremos que estar a la altura de las circunstancias. La
oposición tiene que entender que hay un elector sofisticado enfrente. No es
verdad que la estructura electoral de este país es peronista, sino todo lo
contrario. Pero perdemos porque competimos mal. Si la dirigencia de la
oposición no tiene en claro que el primer vínculo con el ciudadano es la
confianza, y no trabaja para afianzarla, va a ser mucho más difícil el triunfo.
Si a ese elector sofisticado se le brinda una opción confiable, entonces hay posibilidad
de alternancia.
¿Qué se le dice a quienes buscan comparar a este espacio con
la Alianza?
Son dos experiencias completamente diferentes. Además la
experiencia de la Alianza no fue la única que no funcionó. La otra que tampoco
anduvo fue la de Cristina Kirchner y Julio Cobos, porque las alianzas no se
pueden dar en el binomio. Los acuerdos se deben hacer en el gabinete de la
nación. La fórmula presidencial debe ser homogénea. Hay modos de hacer bien las
coaliciones y modos de hacerlas mal. Por ejemplo, Duhalde fue un Presidente
votado por el Peronismo y por el Radicalismo, estabilizó el país y le dio
autoridad a Kirchner cuando asumió el máximo cargo ejecutivo. Entonces, la
Alianza no es la única experiencia de coalición en Argentina, tampoco es la
única que fracasó, y como ahora hemos aprendido, llevaremos a cabo el modo de
coalición que funciona.
¿Cómo ves la gestión de Mauricio Macri al frente de la
Ciudad de Buenos Aires?
Se dice que la gestión de Macri tiene muy buena valoración,
y ciertamente en algunas áreas eso se da, como por ejemplo en cultura. Pero en
muchos otros sectores eso no sucede. Por ejemplo, 500 mil chicos quedaron fuera
del sistema educativo. Con eso blanquearon el déficit del ingreso a la
escolaridad básica del principal distrito nacional. No tenemos autonomía
financiera en nuestra ciudad. La ley Cafiero caducó y no tenemos puerto propio
todavía, cosa que Santa Fe, Rosario y demás ciudades si poseen. Tampoco podemos
manejar el juego. Ya lo dijo Martín Lousteau en el proyecto que presentamos con
SUMA + en la legislatura. Si le cobramos lo que debemos al juego y controlamos
los casinos de la ciudad, podemos urbanizar las villas de emergencia. Macri
dijo que con el déficit de Aerolíneas Argentinas urbanizaba las villas. No hace
falta. Cobrándole a Cristóbal López lo que corresponde, alcanza y sobra para
hacerlo. Con los recursos que la Ciudad tiene, no debería haber ni un solo
indigente. Y no solo tenemos indigentes, sino villas de emergencia, problemas
con la educación y grandes dificultades con la basura. Macri dice mucho y
explica poco, y eso no es gestionar bien.
Fernando Mosquera
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