jueves, 8 de mayo de 2014

“Argentina debe recuperar la tradición secular"




Carla Carrizo, Diputada Nacional de SUMA+ dentro de UNEN, participó colectivamente de la presentación, por tercera vez, del proyecto que legaliza el aborto. Villas se juntó con ella para que nos cuente sus expectativas sobre ello.

¿Quién presentó el proyecto para legalizar el aborto?

El proyecto es de autoría colectiva. Lo fundamental de este grupo es que entendemos un concepto: La mujer no es una madre, sino una ciudadana. A partir de ahí articulamos movimientos sociales e instituciones no gubernamentales y logramos instalar este tema dos veces en el Congreso, aunque siempre de forma marginal, porque nunca se llegó a instalar en la agenda parlamentaria. Esta tercera presentación llega mucho más fortalecida que las anteriores. Apoyan mucho las universidades -sobre todo la Universidad de Buenos Aires-, organismos internacionales, y casi 70 Diputados. Eso generó una transversalidad notoria, por diversidad de partidos políticos firmantes, y por cuestiones de género.  Se cumplieron 30 años de democracia y creo que están dadas las condiciones para dar el debate correspondiente.

¿Cuál es el objetivo de esta tercera presentación del proyecto?

Creo que los que apoyamos el proyecto deberíamos poder sostenerlo en el tiempo. Tenemos que lograr la presión necesaria para que el debate se dé, más allá de que se pierda. El Congreso no es solo un lugar para aprobar leyes, sino para dar debates. Hay que empezar a desmitificar algunos temas, como lo son el aborto y la adopción.

¿Por qué el oficialismo ofrece proyectos como el de matrimonio igualitario, y no abre la discusión sobre el aborto legal?

Yo creo que el Gobierno Nacional habilitó ciertos temas, como el de matrimonio igualitario, porque vieron que no tenían costo social, ya que no estaban instalados en la agenda. Si no hay un costo, lo habilitan. Imaginate que si el Gobierno Nacional no avanza en aborto no punible, que no tiene ningún tipo de costo, menos lo va a hacer para legalizarlo. También hay que aclarar que el aborto no punible está garantizado por la Corte Suprema de Justicia, y el Gobierno Nacional, junto a 8 distritos, incluida la Ciudad de Buenos Aires, están en deuda con el protocolo para que el aborto no punible sea un derecho efectivo en caso de necesidad. Es más, la Ciudad de Buenos Aires ha hecho un protocolo que dificulta aún más el acceso a ese derecho.

Muchos hablan del aborto como una acción carente de moral ¿Es tan así?

Hay mucha confusión con eso. Los que defendemos el aborto legal no lo hacemos pensando en una cuestión amoral, sino en una moralidad secular, que no es lo mismo que la moralidad religiosa. La moralidad secular cree en la autonomía de las personas para decidir. Y la Constitución Nacional no prohíbe abortar. Además, el Código Penal no tiene el mismo nivel de legitimidad legal que la Constitución Nacional. El aborto es una cuestión inmoral para quienes ven a la mujer como un objeto de maternidad, y no como una ciudadana. La Argentina debe recuperar esa tradición secular y garantizar el máximo derecho individual a cada persona.

¿Qué expectativas tenés del Frente Amplio Unen?

Es muy bueno que la oposición empiece a ser competitiva. Creo que la experiencia en la Ciudad de Buenos Aires es un antecedente muy fuerte en esto. Para mí el Peronismo se va a terminar unificando a través de las primarias, pero básicamente por un riesgo de competitividad, y los actores de la oposición tendremos que estar a la altura de las circunstancias. La oposición tiene que entender que hay un elector sofisticado enfrente. No es verdad que la estructura electoral de este país es peronista, sino todo lo contrario. Pero perdemos porque competimos mal. Si la dirigencia de la oposición no tiene en claro que el primer vínculo con el ciudadano es la confianza, y no trabaja para afianzarla, va a ser mucho más difícil el triunfo. Si a ese elector sofisticado se le brinda una opción confiable, entonces hay posibilidad de alternancia.

¿Qué se le dice a quienes buscan comparar a este espacio con la Alianza?

Son dos experiencias completamente diferentes. Además la experiencia de la Alianza no fue la única que no funcionó. La otra que tampoco anduvo fue la de Cristina Kirchner y Julio Cobos, porque las alianzas no se pueden dar en el binomio. Los acuerdos se deben hacer en el gabinete de la nación. La fórmula presidencial debe ser homogénea. Hay modos de hacer bien las coaliciones y modos de hacerlas mal. Por ejemplo, Duhalde fue un Presidente votado por el Peronismo y por el Radicalismo, estabilizó el país y le dio autoridad a Kirchner cuando asumió el máximo cargo ejecutivo. Entonces, la Alianza no es la única experiencia de coalición en Argentina, tampoco es la única que fracasó, y como ahora hemos aprendido, llevaremos a cabo el modo de coalición que funciona.

¿Cómo ves la gestión de Mauricio Macri al frente de la Ciudad de Buenos Aires?

Se dice que la gestión de Macri tiene muy buena valoración, y ciertamente en algunas áreas eso se da, como por ejemplo en cultura. Pero en muchos otros sectores eso no sucede. Por ejemplo, 500 mil chicos quedaron fuera del sistema educativo. Con eso blanquearon el déficit del ingreso a la escolaridad básica del principal distrito nacional. No tenemos autonomía financiera en nuestra ciudad. La ley Cafiero caducó y no tenemos puerto propio todavía, cosa que Santa Fe, Rosario y demás ciudades si poseen. Tampoco podemos manejar el juego. Ya lo dijo Martín Lousteau en el proyecto que presentamos con SUMA + en la legislatura. Si le cobramos lo que debemos al juego y controlamos los casinos de la ciudad, podemos urbanizar las villas de emergencia. Macri dijo que con el déficit de Aerolíneas Argentinas urbanizaba las villas. No hace falta. Cobrándole a Cristóbal López lo que corresponde, alcanza y sobra para hacerlo. Con los recursos que la Ciudad tiene, no debería haber ni un solo indigente. Y no solo tenemos indigentes, sino villas de emergencia, problemas con la educación y grandes dificultades con la basura. Macri dice mucho y explica poco, y eso no es gestionar bien.



Fernando Mosquera

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