viernes, 14 de noviembre de 2014

Florencia Borgnia y Marcos Pereyra: pareja de baile y de la vida

Por Francisco Grillo

“Nos conocimos en una práctica. Bailamos por primera vez, ese día juntos, los dos estábamos buscando compañero fijo para tener oportunidades laborales y empezamos a probar”.



—¿Esa primera vez notaron conexión?

—Florencia: sí, hay una conexión que se siente. Es fundamental en el tango porque es un baile todo improvisado, el hombre te va guiando y puede ser alguien con quien jamás cruzaste una palabra. Se genera un baile producto de la improvisación y se produce un feedback.

 —Marcos: es como la charla: si no hay contestación, no hay diálogo. La interconexión que hay entre una pareja es como conversar. La mujer tiene que responder. La teoría dice que hay que hacer lo que el hombre te va marcando. Uno va aprendiendo y sabe cómo es la mujer que tiene enfrente.

—Florencia: tiene que ser algo entre los dos. El papel de la mujer ha evolucionado también en el tango, que es un baile muy machista. Es un rol mucho más activo, va más allá que seguir al hombre.

La magia de la conexión  también tiene que ver hasta dónde puede ir cada uno. Es muy íntimo.

—¿Qué tipo de tango es el que ustedes bailan?

—Florencia: el tango que bailamos nosotros es el de salón, el de los años 40’. Lógicamente el tango se va perfeccionando con nuevas técnicas pero sin perder la esencia                                                      

 —Marcos: hay tango show y tango escenario. Se vende para afuera, con trucos y levantadas. Nosotros lo que hacemos es lo mismo que lo que se hace en la exhibición en pista y más profesional.

—Florencia: trasladamos la técnica al escenario, que llame la atención y que tenga elementos virtuosos…

—¿Hace cuánto están como pareja de baile?

—Florencia: un año y medio

—¿Cuánto hace que bailan tango?

—Marcos: hace diez años.

—Florencia: fines de 2005.

—¿Qué lleva a chicos tan jóvenes (alrededor de 30 años) a inclinarse por el tango con tanta música moderna?

—Marcos: en mi caso particular, yo trabajaba en un boliche y siempre me interesaba bailar, aunque no escuchaba tango. Soy de Chubut. Conocí a unas chicas que eran profesoras de tango y empecé clases con ellas. A los cinco años de empezar dejé todo y me vine a Buenos Aires.

—Florencia: con el baile en general siempre tuve vínculo, mi mamá era bailarina clásica y yo también hice unos años. Siempre gimnasia artística, rítmica, tomé clases de contemporáneo y de jazz. Empecé a crecer, hacía tantas cosas que fui dejando el baile. Trabajaba en una empresa con unos compañeros que bailaban tango y fui a la escuela de Carlos Copello. Me acuerdo hasta la primera clase, me fanaticé. Tomaba clase todos los días, pasé todos los niveles rapidísimo.            



                                                                                     
—¿Participan de los torneos?

—Florencia: sí, del Metropolitano. Llegamos a la final. Hay dos categorías, milongueros del mundo y la de acá. La pareja que ganó es venezolana pero llevan muchos años radicados acá y tienen el documento. El campeonato metropolitano es dentro del ámbito de la ciudad de Buenos Aires, cada provincia tiene su sede de competencia.

— ¿Artísticamente les sirve competir en los torneos?

—Florencia: sí. Es una vidriera. Este año, que fue una primera experiencia para los dos, nos fue bien. Llegamos a la instancia final, pero independientemente de eso, nos dimos cuenta de que la gente te identifica y está bueno. Te tienen de vista, te vieron.

—Marcos: lo que más nos sirvió es la preparación, todo lo anterior. Vos te esforzás para mejorar y eso te sirve para una competencia.

—¿Cuáles son los objetivos a futuro?

—Marcos: Mucho trabajo en pareja, progresar en tango escenario y salón, entrenar mucho con maestros y tratar de pulir nuestro baile. La idea es ir a trabajar al exterior, hay varios lugares. Europa es ideal, aunque se achicó mucho el mercado porque hoy hay muchos que trabajan de esto. El mercado que se está abriendo es Asia, Corea, Bali, Indonesia. Yo estuve años en Bali, hay muchos turistas y los que aprenden son la gente de ahí. Japón sí, hay plazas.

—Florencia: viajar es uno y lo otro espoder vivir de esto. Dejamos el trabajo estable para estar en este camino, haciendo lo que nos gusta y decidimos hacer. Si viene de la mano de un viaje y una prosperidad económica, mejor. La verdad que este año fue de mucho entrenamiento y se generaron muchas cosas buenas como el Tortoni. Actuamos allí desde hace un año (de lunes a sábado 20:30 y 22:30). También el teatro El Juvenil, Corrientes 4534, todos los sábados. Recientemente nos incorporamos a Corporación Tango, de Alejandra Armenti y Daniel Juárez, que funciona hace muchos años y en la Corporación Alumnos, que es el escalón previo. Estamos muy contentos, es una escuela para nosotros hacer dos funciones diarias, el armado de la coreografía y todo lo que la actividad plena demanda.

—¿Salen otros trabajos?

—Marcos: sí, los bolos digamos. En casamientos, evento.    

—Florencia: van saliendo trabajos, a veces muchos y a veces nada. Entrás en el círculo ese en el que te ven y te llaman. Damos clases privadas y en grupos reducidos, nos interesaría poder dar clases en algún club barrial, nos encanta acercarnos a la gente y transmitir nuestra danza.

Pueden vernos bailar en:
https://www.youtube.com/watch?v=JXU3vou4tHs
marcosyflorenciatango@gmail.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario