lunes, 30 de diciembre de 2013

El Papa Francisco Lamenta Explotación
 Y Rechazo Contra Migrantes


El Papa Francisco lamentó en el día de ayer el rechazo y la explotación a la cual son sometidos los migrantes, al recordar que Jesús y sus padres se vieron obligados vivir el drama de los refugiados durante su exilio en Egipto.
Ante una Plaza de San Pedro abarrotada de fieles y desde la ventana de su estudio privado, en el Palacio Apostólico del Vaticano, Jorge Mario Bergoglio rezó su Angelus dominical y luego agregó una oración especialmente compuesta por él.
Pero antes habló sobre la fiesta litúrgica de este domingo, que recuerda la “vía dolorosa” del exilio de José, María y Jesús en Egipto, donde experimentaron las condiciones dramáticas de los refugiados, marcadas por el miedo, la incertidumbre y las incomodidades.


“Por desgracia, en nuestros días, millones de familias pueden reconocerse en esta triste realidad. Casi todos los días la televisión y los periódicos dan noticias de refugiados que huyen del hambre, de la guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida digna para sí y para las propias familias”, constató.

“En tierras alejadas incluso cuando encuentran trabajo, no siempre los refugiados y los inmigrantes encuentran acogida verdadera, respeto, aprecio por los valores que llevan. Sus legítimas expectativas chocan con situaciones complicadas y dificultades que parecen a veces insuperables”, agregó.

Instó a todos a pensar en el drama de aquellos migrantes que son víctimas del rechazo y de la explotación, pero también en los “exiliados” dentro de las mismas familias como los ancianos que a veces son tratados como presencias molestas.

Y apuntó: “un signo para saber cómo está una familia es ver cómo se les trata a los niños y a los ancianos”.

Según el Papa, Cristo quiso pertenecer a una familia con dificultades para que ninguno se sienta excluido de la cercanía de Dios.

Señaló que la fuga a Egipto muestra que Dios está ahí donde el hombre está en peligro, sufre, escapa, experimenta el rechazo y el abandono, pero está también donde el hombre sueña, espera volver a la patria en plena libertad, proyecta, elige para la vida, la dignidad suya y de sus familiares.

También recordó las tres palabras que él recomienda siempre usar para que una familia pueda salir adelante: por favor, perdón y gracias.


“Este día nuestra mirada sobre la santa familia se deja atraer también de la simpleza de la vida que ella conduce a Nazaret. Es un ejemplo que hace mucho bien a nuestras familias, las ayuda a volverse cada vez más comunidades de amor y de reconciliación, en las cuales se experimenta la ternura, la ayuda y el perdón recíproco”,
añadió.

Luego de rezar el Angelus pronunció la oración que él mismo escribió, en la cual solicitó la ayuda de la Santa Familia para que todas las familias sean “lugar de comunión y cenáculo de oración”.

Clamó para que “nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división, que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado”.

Concluyó con un saludo especial a las basílicas de la Anunciación en Nazaret, de la Sagrada Familia en Barcelona y de la Santa Casa de Loreto, conectadas vía satélite para especiales jornada de oración por el Sínodo. Bendición que extendió a una manifestación multitudinaria en Madrid.

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