miércoles, 24 de enero de 2018

Estamos en la mitad del río

Por Francisco Grillo
El actual gobierno de la República Argentina se encuentra en el momento de iniciar la segunda mitad de su mandato. Es tiempo de analizar si el cambio reclamado por la sociedad ha comenzado o todavía no sucedió. Es un hecho que además de ser elegido en 2015 por un margen estrecho, en las Legislativas del 2017 revalidó sus pergaminos con un triunfo más holgado en todo el país.


Con semejante crédito en su haber, es casi lógico presuponer que lanzaría todos sus esfuerzos a modificar el rumbo de la gobernabilidad y abordaría el intento de resolver los temas que anulan la posibilidad de estabilidad y crecimiento de la Argentina y sus ciudadanos. Sucede que no es una tarea fácil de llevar a cabo. Con el optimismo del triunfalismo, el oficialismo, creyó que no sería tan complicado sacar a flote a este país. Que la inflación sería controlada y disminuiría rápidamente. Como el déficit, la pobreza, el desempleo y otras yerbas. Las metas de inflación proyectadas tuvieron que acomodarse a la realidad. En el 2015, antes y después de las elecciones, se mencionaba como bombas de tiempo a las trabas que la anterior administración dejaría a su sucesión. Esto es lo que debe ser revertido. Esas trabas están representadas en un Estado que abusó del gasto público subsidiando todo lo que se le ponía a tiro. A los carenciados y a los pudientes. Un derroche sin par. Lo cual devino en un déficit importante. Difícil de controlar. Agotó las reservas del Banco Central entre otras. Sobre el filo de la conclusión de su mandato se incorporó una gran cantidad de empleados públicos que acentuarían las dificultades. Esas son algunas de las sorpresas que crearían un gran obstáculo para coordinar planes de reactivación económica. Estamos a mitad de camino y algunas cosas se lograron. Se quitaron los subsidios a los servicios públicos y el transporte. Se actualizaron las tarifas en esos sectores que estaban muy retrasadas. Igualmente se mantiene la asistencia a los más necesitados. Se concretó la reforma de la movilidad jubilatoria. Muy cuestionada y defendida por el gobierno como que, a la larga, con el correr de los meses se podrá visualizar que la diferencia con la anterior será a favor del beneficiario. Son las cosas que se dice de uno u otro lado del mostrador. El ajuste existe en los bolsillos de la gente. Sabíamos que el cambio dolería. Hasta estamos dispuestos a sufrirlo. Pero, la clase política, unos, otros y aquellos, deben tener en claro que si al final del camino, los objetivos no se concretan, los que cambiarán, por medio del voto popular, serán los gobernantes. Y allí empieza otra historia. La Alianza Cambiemos, con Macri y el Pro a la cabeza, corporizo la salida a las respuestas que necesitaba la gente. Hartos de los doce años del kirchnerismo, encontraron en este espacio la oportunidad para probar algo distinto. Ya el FPV nos había brindado todo lo bueno y lo malo que estaba en sus posibilidades. Mucho más para inventar no había. Ahora es el tiempo de modificar los pasos equivocados. Todavía es prematura la gestión, aún el crédito los avala. No pueden fallar, quedan dos años. De ellos, el de la acción es el que está en curso, el 2018. El 2019, otro año electoral. Y como bien sabemos, en nuestro país esos son tiempos de campaña. Los políticos, todos, están en otra cosa. En trabajar para llegar al poder o para permanecer. Es lo primero que hay que cambiar en la Reforma Electoral, las elecciones de medio término, que distraen a los funcionarios de su verdadera misión, que es la gestión. Esos dos años que le restan al período presidencial son sagrados para este y para todos los gobiernos. Para los iluminados, aparentes idóneos intelectuales e ilustrados en su sabiduría constitucional, como el caso del Dr. Zaffaroni, con sus sesudas declaraciones: "Quisiera que el Gobierno se fuera lo antes posible. Hay que tener cuidado con el colapso final, que va a ser económico. Esto no tiene salida”. Le recordamos al estimado ex juez que las leyes se hicieron para respetarlas. Que tenga un poco de paciencia y espere que el mandato concluya naturalmente. Como el pueblo esperó al anterior que aguantó doce años. Aparte de la legalidad, no es aconsejable cambiar de caballo en medio del río. Entonces sí, el pueblo, sin los consejos interesados e inapropiados de quienes fueron parte de un sistema que dio como resultado un fracaso absoluto en el manejo de la Justicia y la seguridad, cambiarán de caballo o seguirán con el mismo. Sólo el pueblo, señor ex juez, el único soberano en democracia. Estamos en la mitad del río y los ciudadanos bien intencionados queremos llegar a la otra y si es posible y deseable, en mejor situación. Solamente buscamos lo mejor para la Argentina. No nos importa a quien le toque conducir.

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