jueves, 24 de mayo de 2012

El significado de La Revolución de Mayo de 1810 en los discursos políticos. Pasado presente y futuro.

                                                                  

        El 25 de Mayo de 2012 se conmemora el 202° aniversario de la Revolución de Mayo de 1810. Ahora bien, no es mi intención en este artículo describir lo que sucedió en aquella fecha, así que mis disculpas a quien esperaba un enfoque de este estilo. Y esto, no porque los hechos no hayan sido importantes, sino porque el fin de estos breves párrafos es invitar al lector a una reflexión sobre otra cuestión que considero importante: la apropiación del hecho histórico para dotarlo de determinados sentidos en una época particular de la historia. Aunque pueda sorprender a algunos a primera vista, la Revolución de Mayo no escapa a esta tipo de operaciones y es más, es uno de los hechos históricos más utilizados en este sentido.
     Efectivamente, ya desde su conceptualización como suceso fundante de la nación Argentina la Revolución de Mayo está siendo víctima de esa operación intelectual. Esto fue llevado a cabo en sus inicios por una serie de pensadores de fines del siglo XIX, cuyo principal exponente fue Bartolomé Mitre. Su objetivo era demostrar que antes de 1810 ya habría existido una “nación argentina” que estaba sojuzgada por el colonialismo español, y que la coyuntura de debilidad de la corona española que se dió el 25 de mayo de 1810,  habría permitido que se llevase a cabo la revolución  que acabaría por construir la República Argentina.
     En realidad, la noción de “revolución” precedió a la de una independencia, y sobre todo a la de una “independencia nacional”. Fue en el transcurso mismo de la revolución que surgió la idea de independencia, aunque todavía sin las referencias identitarias o territoriales que adquiriría mas tarde. En definitiva, fueron las “provincias unidas en Sud América” las que proclamaban su independencia el 9 de Julio de 1816.
     Sin embargo, apoyarse sobre las concepciones antes descritas  sirvió a los intelectuales ligados al  ya conformado Estado argentino del Centenario de 1910, quienes estaban preocupados por dotar al pueblo de una identidad nacional que le diera una fuerte cohesión, en un contexto de inmigración masiva y de aparición de conflictos sociales por la incipiente urbanización, industrialización y difusión de ideas como las anarquistas.
    Ahora bien, y volviendo a un tiempo histórico presente, muchos recordaran la celebración de hace dos años del Bicentenario de la Revolución de Mayo, en la que fue calificada por el gobierno nacional como “La celebración más grande de la historia Argentina”.  Ciertamente el clamor  en las miles y miles de personas  que salieron a la calle durante los festejos avala en cierto sentido esta opinión.
     Pero lo que me interesa destacar, y que se relaciona con lo desarrollado en los párrafos anteriores, proviene del discurso presidencial emitido durante esos festejos. Creo que este deja en claro que nos encontramos en un momento de la historia del país en el cual  el discurso oficial analiza el pasado a partir de una visión confiada y optimista del futuro (hecho que puede explicar en parte el entusiasmo en los festejos).
     En el discurso, además, se pone énfasis en lo que es considerado como una “curiosidad de la historia”: el nacimiento del proyecto del gobierno actual cumpliría años en la misma fecha que la patria, haciendo alusión a la asunción presidencial de Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003.  De esta forma, se hace una analogía con lo sucedido en 1810 ya que, al igual que lo habrían hecho los patriotas de ese 25 de mayo, actualmente se estaría constituyendo un proyecto estratégico de construir “una nación para todos”.
     Está claro como el suceso histórico está siendo dotado de un sentido que le sirve a un gobierno particular para otorgar legitimidad a su discurso. Por tanto, considero que este caso constituye un ejemplo muy elocuente de la operación intelectual que describimos en este artículo. Además, demuestra la importancia que tiene la palabra en la construcción de un consenso en torno a un proyecto político.
     Ahora bien,  creo que un análisis basándose en la comprensión histórica del suceso de mayo de 1810 puede ser el elemento necesario para <<deconstruir>> y analizar más rigurosamente un discurso político de este estilo. Y esto podría hacerse partiendo de unas simples preguntas: ¿Fueron  los mencionados patriotas de mayo de 1810 los artífices de una revolución que buscaba construir la aludida “nación para todos”?;  ¿Fue el sentimiento de la nacionalidad argentina la que los llevo a emprender esa tarea?; y lo que se relaciona mas con el presente, ¿Estamos viviendo desde el  2003 hasta nuestro días  una nueva revolución como la de aquella época?
      A modo de conclusión personal, concuerdo con la idea de que la conmemoración de un aniversario de la Revolución de Mayo constituye una oportunidad para que los argentinos pensemos y reflexionemos acerca de nuestro pasado, presente y futuro. Pero creo que  esta reflexión seria más rica en contenido si se tiene como premisa que la historia también es un campo de confrontaciones políticas y sociales, en el cual el pasado puede ser apropiado y resignificado para asignarle sentido a acciones del presente.  Y como quedó expuesto en este articulo, la Revolución de Mayo de 1810 no escapa a esta cuestión.


Sebastián Pasquariello
    

No hay comentarios:

Publicar un comentario