martes, 20 de agosto de 2019

Nada funciona sin energía


Por Francisco Grillo

La energía es la base de sustentación de toda la actividad productiva y social de un país. Es lo que posibilita la realización de cada uno de los actos del ser humano y de la generación de las acciones elementales para sobrevivir en la actual era. Nada funciona sin energía.


Es tan vital, sin ordenar prioridades, como la educación, el trabajo, la alimentación, la salud, la reproducción, la seguridad, la justicia. Sin la energía suficiente, nada es posible, ni siquiera cada uno de esos temas. El apagón que se produjo en el país en junio, con repercusión en algunos linderos a nuestros límites, nos permitió tener una muestra de lo difícil que sería convivir con la falta de energía. Se pudo tomar conciencia de la necesidad de desarrollar un sistema energético que brinde seguridad y productividad. Un factor preponderante es la diversificación de las fuentes de generación energética. En base a esta realidad, un grupo de ex secretarios de energía durante las gestiones de distintos gobiernos decidió unirse para analizar la situación del sector en la Argentina y hallar las soluciones ideales para resolverlas y proponerlas al gobierno nacional. Comenzaron a trabajar en el año 2009 y estaba compuesto por Alberto Enrique Devoto, Alieto Guadagni, Jorge Lapeña, Daniel Montamat, Emilio Apud, Julio César Aráoz, Emilio Apud y Julio César Aráoz. La energía sufrió, como todos los sectores, los vaivenes y desaguisados de la política argentina durante décadas. Los servicios de provisión de electricidad, gas y otros combustibles, por tomar un ejemplo dentro del universo energético, sufrieron las consecuencias. Los ex secretarios de Energía, decidieron elaborar un proyecto al que denominaron como "Consensos Energéticos 2019-2023". Se trata de un documento de 11 páginas para planificar la política del sector a largo plazo. Nada más claro para interpretar el espíritu del informe es repetir las palabras de uno de los integrantes del grupo, Daniel Gustavo Montamat-secretario de Energía de la Nación (1999-2000). Actual director de YPF S.A.- Así se expresó en La Nación, en una nota de su autoría:” La Nación y la mayor parte de las provincias suscribieron en 2017 el Acuerdo Federal Energético, fundado en el documento de consensos básicos. No es casual que el sector energético, que formó parte de la peor herencia recibida, y que estuvo sujeto a traumáticos reajustes de precios y tarifas, hoy luzca como uno de los más promisorios, en condiciones de volver a proveer energía abundante y a precios competitivos. El planteo de estos nuevos consensos propone la necesidad de que la política energética sea asumida como política de Estado y que el sector energético cuente con un plan estratégico de largo plazo consistente con la necesidad de transformación del modelo productivo argentino. Dentro de los recursos fósiles, el gas y el petróleo son objeto de especial consideración. Hay que aprovechar el potencial que ofrecen los hidrocarburos no convencionales con Vaca Muerta a la cabeza; con el desarrollo petrolero en lo inmediato, y con el gas natural, que es más abundante, y cuyo desarrollo intensivo implica una estrategia específica de penetración en el mercado regional y en el mercado internacional. Hay que promover nuevas exploraciones como se lo ha hecho en la Plataforma Económica Exclusiva e incentivar la política exploratoria en las áreas de jurisdicción provincial".
El proyecto tiene en cuenta la creación de un fondo anti cíclico en dólares para prevenir las fluctuaciones que pueda afectar el valor de nuestra moneda y se resienta el objetivo del desarrollo energético y productivo. Este plan deberá ser debatido y consensuado en las Cámaras Legislativas para su aprobación y puesta en marcha con el consenso de todos los sectores. Por eso es necesario comprometer a todos los espacios en definir la política de Estado a largo plazo para continuar con el camino iniciado y alcanzar las metas deseadas por todos los argentinos en una actividad tan determinante para el resto del aparato productivo y social. Una vez que los mercados de este sector estén reorganizados, debería recuperarse el rol exportador- ya se produjo el inicio- del producto de la explotación de los recursos. Esto traerá aparejada la entrada de divisas para fortificar los fondos anti cíclicos y aumentar la inversión en equipamiento y exploración. Al final, el objetivo más esperado por la sociedad es que se estabilicen y bajen los costos de los servicios domiciliarios para que los argentinos sientan alguna vez, que su esfuerzo valió la pena. Es interesante asimilar estas propuestas como el marcado de un camino a recorrer para salir de la crisis energética, una realidad innegable en nuestro país. A partir de aceptar el diagnóstico y resolver las soluciones escuchando a los que están formados y capacitados para elaborarlas. Como en casi todos los temas venimos atrasados en relación a por donde va el mundo desarrollado. Países como Rusia, Estados Unidos, China, India, Unión Europea, Japón, Corea, España, entre otros, se han unido para desarrollar y financiar un proyecto de fusión nuclear. Con sus diferencias en todos los conceptos, apuntan a lo que representa otro paso muy importante para la humanidad. Hablan distintos idiomas y viven según culturas propias, representan polos opuestos en ideologías y pensamientos, pero a la hora de ser inteligentes, optan por trabajar juntos para crecer. Es un espejo para mirarlos y llorar por tanta estupidez argentina con nuestra grieta al considerar a los propios compatriotas como enemigos. Así nos va. Centenares de científicos e ingenieros de más de 30 países están trabajando a largo plazo. Se está por concretar el proyecto de construcción de ITER (Reactor Termonuclear Experimental Internacional,) en el sur de la campiña francesa en un predio de 42 hectáreas. Estiman un costo de 24 mil millones de dólares. La función de ITER es construir y poner en funcionamiento un reactor de fusión nuclear comercial. La fusión es la unión de pequeños núcleos. Está pensado lograr generar el primer plasma en 2025 y después restarán diez años para alcanzar el objetivo. Producirá diez veces los megavatios que recibe. La fusión nuclear pretende ser el futuro de la energía y representa una forma de producirla de manera abundante, constante y bastante limpia. Cuán lejos nos encontramos en Argentina. Sigamos con lo nuestro. Tenemos problemas de atraso en nuestra realidad y por esa razón no caben más dilaciones, comencemos inmediatamente. Este es el punto de partida. Primero debemos imitar el sentido de actuar en comunidad y con inteligencia deponiendo actitudes mezquinas, primitivas y egoístas, propias de los seres de vuelo bajo. Es necesario incluir dentro de este plan a las energías renovables que son aquellas que no se agotan al ser utilizadas porque se regeneran naturalmente. Entre ellas podemos mencionar la energía eólica, la geotérmica, la hidroeléctrica, la mareomotriz, la solar, la undimotriz, la biomasa, y los biocarburantes. La mayoría de ellas están en proceso de crecimiento, pero hay que continuar apoyándolas porque resultan un aporte muy valioso al resto de la generación. Nada funciona sin energía.

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