Por Francisco Grillo
La energía es la base de sustentación de toda la
actividad productiva y social de un país. Es lo que posibilita la realización
de cada uno de los actos del ser humano y de la generación de las acciones
elementales para sobrevivir en la actual era. Nada funciona sin energía.
Es tan vital, sin ordenar
prioridades, como la educación, el trabajo, la alimentación, la salud, la
reproducción, la seguridad, la justicia. Sin la energía suficiente, nada es
posible, ni siquiera cada uno de esos temas. El apagón que se produjo en el
país en junio, con repercusión en algunos linderos a nuestros límites, nos
permitió tener una muestra de lo difícil que sería convivir con la falta de
energía. Se pudo tomar conciencia de la necesidad de desarrollar un sistema
energético que brinde seguridad y productividad. Un factor preponderante es la
diversificación de las fuentes de generación energética. En base a esta
realidad, un grupo de ex secretarios de energía durante las gestiones de
distintos gobiernos decidió unirse para analizar la situación del sector en la
Argentina y hallar las soluciones ideales para resolverlas y proponerlas al
gobierno nacional. Comenzaron a trabajar en el año 2009 y estaba compuesto por Alberto
Enrique Devoto, Alieto Guadagni, Jorge Lapeña, Daniel Montamat, Emilio Apud,
Julio César Aráoz, Emilio Apud y Julio César Aráoz. La energía sufrió, como
todos los sectores, los vaivenes y desaguisados de la política argentina
durante décadas. Los servicios de provisión de electricidad, gas y otros
combustibles, por tomar un ejemplo dentro del universo energético, sufrieron
las consecuencias. Los ex secretarios de Energía, decidieron elaborar un
proyecto al que denominaron como
"Consensos Energéticos 2019-2023". Se trata de un documento de 11
páginas para planificar la política del sector a largo plazo. Nada más claro
para interpretar el espíritu del informe es repetir las palabras de uno de los
integrantes del grupo, Daniel Gustavo Montamat-secretario de Energía de la
Nación (1999-2000). Actual director de YPF S.A.- Así se expresó en La Nación,
en una nota de su autoría:” La
Nación y la mayor parte de las provincias suscribieron en 2017 el Acuerdo Federal Energético, fundado en
el documento de consensos básicos. No es casual que el sector energético, que
formó parte de la peor herencia recibida, y que estuvo sujeto a traumáticos
reajustes de precios y tarifas, hoy luzca como uno de los más promisorios, en
condiciones de volver a proveer energía abundante y a precios competitivos. El
planteo de estos nuevos consensos propone la necesidad de que la política
energética sea asumida como política de Estado y que el sector energético
cuente con un plan estratégico de largo plazo consistente con la necesidad de transformación del modelo productivo
argentino. Dentro de los recursos fósiles, el gas y el petróleo son objeto
de especial consideración. Hay que aprovechar el potencial que ofrecen los
hidrocarburos no convencionales con Vaca Muerta a la cabeza; con el desarrollo
petrolero en lo inmediato, y con el gas natural, que es más abundante, y cuyo
desarrollo intensivo implica una estrategia específica de penetración en el
mercado regional y en el mercado internacional. Hay que promover nuevas
exploraciones como se lo ha hecho en la Plataforma Económica Exclusiva e
incentivar la política exploratoria en las áreas de jurisdicción
provincial".
El
proyecto tiene en cuenta la creación de un fondo anti cíclico en dólares para
prevenir las fluctuaciones que pueda afectar el valor de nuestra moneda y se
resienta el objetivo del desarrollo energético y productivo. Este plan deberá
ser debatido y consensuado en las Cámaras Legislativas para su aprobación y
puesta en marcha con el consenso de todos los sectores. Por eso es necesario
comprometer a todos los espacios en definir la política de Estado a largo plazo
para continuar con el camino iniciado y alcanzar las metas deseadas por todos
los argentinos en una actividad tan determinante para el resto del aparato
productivo y social. Una vez que los mercados de este sector estén
reorganizados, debería recuperarse el rol exportador- ya se produjo el inicio-
del producto de la explotación de los recursos. Esto traerá aparejada la
entrada de divisas para fortificar los fondos anti cíclicos y aumentar la
inversión en equipamiento y exploración. Al final, el objetivo más esperado por
la sociedad es que se estabilicen y
bajen los costos de los servicios domiciliarios para que los argentinos
sientan alguna vez, que su esfuerzo valió la pena. Es interesante asimilar
estas propuestas como el marcado de un camino a recorrer para salir de la
crisis energética, una realidad innegable en nuestro país. A partir de aceptar
el diagnóstico y resolver las soluciones escuchando a los que están formados y
capacitados para elaborarlas. Como en casi todos los temas venimos atrasados en
relación a por donde va el mundo desarrollado. Países como Rusia, Estados
Unidos, China, India, Unión Europea, Japón, Corea, España, entre otros, se han
unido para desarrollar y financiar un proyecto de fusión nuclear. Con sus
diferencias en todos los conceptos, apuntan a lo que representa otro paso muy
importante para la humanidad. Hablan distintos idiomas y viven según culturas
propias, representan polos opuestos en ideologías y pensamientos, pero a la
hora de ser inteligentes, optan por trabajar juntos para crecer. Es un espejo
para mirarlos y llorar por tanta estupidez argentina con nuestra grieta al
considerar a los propios compatriotas como enemigos. Así nos va. Centenares de
científicos e ingenieros de más de 30 países están trabajando a largo plazo. Se
está por concretar el proyecto de construcción de ITER (Reactor
Termonuclear Experimental Internacional,) en el sur de la campiña francesa en
un predio de 42 hectáreas. Estiman un costo de 24 mil millones de dólares. La
función de ITER es construir y poner en funcionamiento un reactor de fusión
nuclear comercial. La fusión es la unión de pequeños núcleos. Está pensado
lograr generar el primer plasma en 2025 y después restarán diez años para
alcanzar el objetivo. Producirá diez veces los megavatios que recibe. La fusión
nuclear pretende ser el futuro de la energía y representa una forma de
producirla de manera abundante, constante y bastante limpia. Cuán lejos nos
encontramos en Argentina. Sigamos con lo nuestro. Tenemos problemas de atraso
en nuestra realidad y por esa razón no caben más dilaciones, comencemos
inmediatamente. Este es el punto de partida. Primero debemos imitar el sentido
de actuar en comunidad y con inteligencia deponiendo actitudes mezquinas,
primitivas y egoístas, propias de los seres de vuelo bajo. Es necesario incluir
dentro de este plan a las energías renovables que son aquellas que no se agotan
al ser utilizadas porque se regeneran naturalmente. Entre ellas podemos
mencionar la energía eólica, la geotérmica, la hidroeléctrica, la mareomotriz,
la solar, la undimotriz, la biomasa, y los biocarburantes. La mayoría de ellas
están en proceso de crecimiento, pero hay que continuar apoyándolas porque
resultan un aporte muy valioso al resto de la generación. Nada funciona sin
energía.
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