lunes, 15 de abril de 2019

Inmersos en la incertidumbre


Por Francisco Grillo                                                                                              
La economía que no arranca, el dólar que sube, la pobreza en aumento, el decaimiento del plano laboral. Un escenario que genera preocupación, considerando la poca credibilidad en los candidatos a la próxima gestión. Los presentes, los anteriores y los futuros. Cualquiera que triunfe necesitará del acuerdo y apoyo de todos los sectores para salir de la crisis.


La sensación de incertidumbre es la que nos envuelve ante la realidad que se vive en nuestro país frente al acto eleccionario que deberemos afrontar durante el correr de este año. Presentación de listas el 22 de junio, las PASO el 11 de agosto, elecciones presidenciales el 27 de octubre y el ballotage el 24 de noviembre. En la semana iniciada el 25 de marzo, otra corrida del dólar vuelve a devaluar el peso argentino. Si bien el crecimiento del valor dólar se origina en una combinación de factores externos y propios. Produjo devaluación en todas las monedas emergentes, la nuestra es muy frágil y vulnerable y siempre nos afecta en mayor medida que al resto. En relación a esta situación, Nicolás Dujovne, manifestó que el precio de la moneda estadounidense será controlado en días venideros por las subastas diarias de 60 millones de dólares con los fondos de 9.600 millones autorizados por el FMI para tal fin y que estarán disponibles a partir del 12 de abril, hasta fin de año. El efecto del aumento del dólar se traduce en aumentos de precios, caída de las ventas, aumenta la recesión y produce una serie de reacciones en cadena totalmente negativas. Es el paraíso inflacionario. El mal endémico frente al cual perdemos todas las batallas desde hace varias décadas. Este es uno de los pilares que sostienen la sensación de incertidumbre que nos sobrevuela por la cabeza de todos los argentinos. Unido al flaco escenario de postulantes a las candidaturas presidenciales. El panorama político nos sitúa en que la tan mentada polarización entre Cristina y Macri se está acercando a una disputa entre tres tercios del electorado. Esto se va produciendo por la caída de los seguidores de Macri y de Cristina y por la aparición de Lavagna que impulsa un posible crecimiento de Alternativa Federal. Todo en el marco de suposiciones generadas por algunas cifras de encuestadores, las cuales no resultan, tampoco, dignas de mayor credibilidad. En el caso de Alternativa Federal, todavía no mide cerca de Macri y Cristina. Su crecimiento es más potencial que real y se basa en la aparición de Lavagna que genera alguna esperanza pese a las dificultades para llegar al consenso que le permita ser ungido candidato sin pasar por las internas. Cosa que Massa y Urtubey no aceptan por el momento., justificados por las mediciones que no marcan diferencia con el ex ministro de economía. Por el lado del PRO, la figura de Macri se va desvalorizando por la marcha de la economía. En las esferas de la conducción oficialista se confía en que, por fin podrán disponer de un semestre de estabilización y crecimiento leve, entre mayo y octubre, lo cual apaciguará a las aguas torrentosas que los arrastran en este momento. Por lo pronto, la buena noticia es que la gobernadora Vidal alcanzó un acuerdo con los docentes de la provincia de Buenos Aires. Consiste en un 15,6% para compensar las diferencias con la inflación del 2018 y un aumento, para este año, de acuerdo a la inflación. Es un caso testigo, en fuentes de gobierno asegura que están manejando una inflación del 35% y la oferta de una recomposición del 15% de los salarios compensará la pérdida del poder adquisitivo. Dicen que la recesión se acabó, pero demorará en impactar sobre el consumo y la actividad. A estos temas se suman las inauguraciones de obras públicas que llevarán a cabo en los meses próximos. Estas pueden ser algunas de las jugadas que se reserva la estrategia del gobierno para participar con éxito en estos comicios. El común de la gente se pregunta si esta forma de actuar, en un año electoral, al no impedir, como sea, el aumento de las tarifas y los precios que nos llevan a la recesión, demuestra que no desean ganar en este turno electoral. La frase de un obrero, dirigida al presidente en una acto, así lo indica: ”Haga algo, señor Presidente”. Es cierto que el ejercicio del poder desgasta y que la realidad heredada era muy dura para revertirla en cuatro años. Tan cierto es que han perdido mucho apoyo de la sociedad después de aquella exitosa elección del 2017. En cuanto a Cristina, también no hay afirmación concreta sobre su decisión de presentarse. Las dudas se originan, sobre su situación judicial, la preocupación por la salud y estado judicial de su hija Florencia y del escenario que se produzca con la aparición de Alternativa Federal. La indefinición es un común denominador en los tres espacios. La incertidumbre es lo que sentimos los ciudadanos con las alternativas que manejamos para elegir al próximo presidente. Realmente ninguno despierta una credibilidad absoluta en cuanto a la capacidad de conducir con éxito a nuestro país. No existen, por parte de ninguno, propuestas claras sobre la forma en que gestionaran la salida de la crisis de la Argentina y la resolución de los temas centrales como la inflación, la estabilidad, la pobreza. Nosotros estamos cada vez más convencidos que, cualquiera que resulte elegido, necesitará llegar a acordar con los distintos sectores que componen las fuerzas vivas de la Nación las políticas de Estado a largo y mediano plazo para producir el despegue argentino de su letargo y estancamiento. Nadie podrá hacerlo solo y mucho menos con las oposiciones que ponen obstáculos. La incertidumbre es ni más ni menos que la falta de certezas. Eso es lo que nos transmite la clase dirigente, hasta que demuestren lo contrario. Por el bien de todos.



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