miércoles, 14 de noviembre de 2012

#8N: FUI PORQUE QUIERO
Concurrí porque quiero a mi familia, a mis hijos, a mi nieto, a mis amigos y a mis compañeros. Porque quiero ser feliz y ver felices a los míos.
Y para conquistar eso hay una sola manera, ser parte. El 8N fue solo una manifestación más del espíritu movilizador de la sociedad, que comenzó hace mucho tiempo. Tal vez el 17 de octubre de 1945 fue la que marco un antes y un después más contundente. Luego pasó por el 2001 trazando una línea y  hoy en día continuó con el 8N dejando su impronta.
 Es un movimiento  permanente.  Es parte del pueblo Argentino que reclama políticas de estado,  que pide que respetemos la constitución, que acatemos las leyes,  que dice en voz alta que no queremos re-reelección, que queremos seguridad, estabilidad, trabajo digno, igualdad de oportunidades, orden y progreso.
Contamos con una fuerza interior que creció con la historia  del pueblo, que corre serena en nuestras venas, pero que se activa y  moviliza por razones fundadas que pueden ser varias. Nadie se moviliza porque si. No hay nada más lindo que estar en casa haciendo lo que queremos, condición que auto-regula y que frena cualquier intento de movilizar para obtener beneficios políticos partidarios. Para este tipo de movilizaciones hay que poner logística, y esta es muy notoria.
A la hora de convocar para manifestarse y encauzar una acción de Gobierno que creemos, se desvía en sentido contrario a nuestros valores, los medios de comunicación, especialmente la televisión, perdieron parte de credibilidad, sobre todo en la clase media, por la razón que fuere, sea porque responden a un grupo económico o porque responden al Gobierno. Pero la aparición de las redes sociales se adecua perfectamente a las necesidades. Es una especie de boca a boca capaz de llevar un pensamiento  a miles de personas, debatirlo en red, obtener unidad de concepción y ponernos en acción en cuestión de segundos.
Participación, fuerza interior y redes sociales es una buena combinación que seguramente posibilitará controlar de cierta forma a los Gobiernos electos legítimamente, aunque estos hayan obtenido el 54% de los votos. Podremos visualizar las acciones contrarias a sus discursos  preelectorales y reencauzarlas, observar los actos de corrupción y denunciarlos, fiscalizar intentos de condicionar a la justicia y así, poder impedirlo. Lograremos desenmascarar informaciones falsarias como el índice de inflación, la sensación de inseguridad o la reducción de la pobreza, y de este modo, generar una opinión pública con datos más cercanos a la realidad que los publicados.
Los sistemas de control oficiales, llámese Sindicaturas, auditorías, entes, consejos y demás instituciones, no han funcionado, quizás por incapacidad, o por no querer, o por no poder, en fin, por lo que sea. Estas tendrán que refundarse, porque el pueblo encontró un camino alternativo, el cacerolazo. A partir de ahí se viene un escenario menos vulnerable para la sociedad, porque no solo tiene la capacidad de elegir, ahora también puede controlar.

Carlos Guzzini – Presidente de la Junta Comunal 11






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