Por
Francisco Grillo
La
economía que no arranca, el dólar que sube, la pobreza en aumento, el
decaimiento del plano laboral. Un escenario que genera preocupación,
considerando la poca credibilidad en los candidatos a la próxima gestión. Los
presentes, los anteriores y los futuros. Cualquiera que triunfe necesitará del
acuerdo y apoyo de todos los sectores para salir de la crisis.
La
sensación de incertidumbre es la que nos envuelve ante la realidad que se vive
en nuestro país frente al acto eleccionario que deberemos afrontar durante el
correr de este año. Presentación de listas el 22 de junio, las PASO el 11 de
agosto, elecciones presidenciales el 27 de octubre y el ballotage el 24 de
noviembre. En la semana iniciada el 25 de marzo, otra corrida del dólar vuelve
a devaluar el peso argentino. Si bien el crecimiento del valor dólar se origina
en una combinación de factores externos y propios. Produjo devaluación en todas
las monedas emergentes, la nuestra es muy frágil y vulnerable y siempre nos
afecta en mayor medida que al resto. En relación a esta situación, Nicolás
Dujovne, manifestó que el precio de la moneda estadounidense será controlado en
días venideros por las subastas diarias de 60 millones de dólares con los
fondos de 9.600 millones autorizados por el FMI para tal fin y que estarán
disponibles a partir del 12 de abril, hasta fin de año. El efecto del aumento
del dólar se traduce en aumentos de precios, caída de las ventas, aumenta la
recesión y produce una serie de reacciones en cadena totalmente negativas. Es
el paraíso inflacionario. El mal endémico frente al cual perdemos todas las
batallas desde hace varias décadas. Este es uno de los pilares que sostienen la
sensación de incertidumbre que nos sobrevuela por la cabeza de todos los
argentinos. Unido al flaco escenario de postulantes a las candidaturas
presidenciales. El panorama político nos sitúa en que la tan mentada
polarización entre Cristina y Macri se está acercando a una disputa entre tres
tercios del electorado. Esto se va produciendo por la caída de los seguidores
de Macri y de Cristina y por la aparición de Lavagna que impulsa un posible
crecimiento de Alternativa Federal. Todo en el marco de suposiciones generadas
por algunas cifras de encuestadores, las cuales no resultan, tampoco, dignas de
mayor credibilidad. En el caso de Alternativa Federal, todavía no mide cerca de
Macri y Cristina. Su crecimiento es más potencial que real y se basa en la aparición
de Lavagna que genera alguna esperanza pese a las dificultades para llegar al
consenso que le permita ser ungido candidato sin pasar por las internas. Cosa
que Massa y Urtubey no aceptan por el momento., justificados por las mediciones
que no marcan diferencia con el ex ministro de economía. Por el lado del PRO,
la figura de Macri se va desvalorizando por la marcha de la economía. En las
esferas de la conducción oficialista se confía en que, por fin podrán disponer
de un semestre de estabilización y crecimiento leve, entre mayo y octubre, lo
cual apaciguará a las aguas torrentosas que los arrastran en este momento. Por
lo pronto, la buena noticia es que la gobernadora Vidal alcanzó un acuerdo con
los docentes de la provincia de Buenos Aires. Consiste en un 15,6% para
compensar las diferencias con la inflación del 2018 y un aumento, para este
año, de acuerdo a la inflación. Es un caso testigo, en fuentes de gobierno
asegura que están manejando una inflación del 35% y la oferta de una
recomposición del 15% de los salarios compensará la pérdida del poder
adquisitivo. Dicen que la recesión se acabó, pero demorará en impactar sobre el
consumo y la actividad. A estos temas se suman las inauguraciones de obras
públicas que llevarán a cabo en los meses próximos. Estas pueden ser algunas de las
jugadas que se reserva la estrategia del
gobierno para participar con éxito en estos comicios. El común de la gente se
pregunta si esta forma de actuar, en un año electoral, al no impedir, como sea,
el aumento de las tarifas y los precios que nos llevan a la recesión, demuestra
que no desean ganar en este turno electoral. La frase de un obrero, dirigida al
presidente en una acto, así lo indica: ”Haga
algo, señor Presidente”. Es cierto que el ejercicio del poder desgasta y
que la realidad heredada era muy dura para revertirla en cuatro años. Tan
cierto es que han perdido mucho apoyo de la sociedad después de aquella exitosa
elección del 2017. En cuanto a Cristina, también no hay afirmación concreta
sobre su decisión de presentarse. Las dudas se originan, sobre su situación
judicial, la preocupación por la salud y estado judicial de su hija Florencia y
del escenario que se produzca con la aparición de Alternativa Federal. La
indefinición es un común denominador en los tres espacios. La incertidumbre es
lo que sentimos los ciudadanos con las alternativas que manejamos para elegir
al próximo presidente. Realmente ninguno despierta una credibilidad absoluta en
cuanto a la capacidad de conducir con éxito a nuestro país. No existen, por
parte de ninguno, propuestas claras sobre la forma en que gestionaran la salida
de la crisis de la Argentina y la resolución de los temas centrales como la
inflación, la estabilidad, la pobreza. Nosotros estamos cada vez más convencidos
que, cualquiera que resulte elegido, necesitará llegar a acordar con los
distintos sectores que componen las fuerzas vivas de la Nación las políticas de
Estado a largo y mediano plazo para producir el despegue argentino de su letargo
y estancamiento. Nadie podrá hacerlo solo y mucho menos con las oposiciones que
ponen obstáculos. La incertidumbre es ni más ni menos que la falta de certezas.
Eso es lo que nos transmite la clase dirigente, hasta que demuestren lo
contrario. Por el bien de todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario