Por Francisco Grillo
Con los resultados
definitivos de las PASO concluidos, la lectura que surge es que el pueblo le
renueva al gobierno el crédito otorgado en el 2015 cuando lo benefició eligiéndolo
para hacerse cargo de la conducción del país. Sin embargo, la república necesita,
que sus ciudadanos se unan para ir juntos hacia adelante. Urge cerrar la
grieta. Es imposible avanzar en comunidad cuando cada espacio se ocupa y
preocupa por sus intereses partidarios por encima del bien común.
Queda la sensación que
ni el propio gobierno imaginaba que se le confirmaría la confianza en una
elección de primarias que sirvió para tener una certeza más cercana de la
realidad. Lejos de las encuestas o las manifestaciones y marchas de protesta. Lo
que sugiere la alta visibilidad de los grupos que se manifiestan a diario para
expresar su descontento no se refleja en las urnas. Hay una parte de la
sociedad que no se muestra en forma cotidiana en las calles, salvo en contadas
oportunidades, y pareciera que no tiene peso específico. Pero llegado el
momento de emitir su opinión a través del voto, revela que es una fuerza que
permite darle el triunfo y sostener en el poder al cambio por el cual optó en
las generales del 2015. En el juego de la democracia, no convence el que más
grita. Lo hace el que resulta más creíble. Esto tiene que ver con un pueblo que
va madurando en el ejercicio de su responsabilidad cívica para determinar un
proceso democrático. No son buenas las pasiones para estas decisiones. En eso
se ha progresado. El pueblo no es cautivo de sus políticos. Es la clase
dirigente que debe seducirlos y complacerlos con sus propuestas. Para seguir el
paso hacia adelante encarando el crecimiento y la solución de la infinidad de
temas sin resolver es necesario que lleguemos a racionalizar que el único
camino es cerrar la grieta y unirnos. Apoyar al que gobierna, al que le toque
en cada oportunidad sin importar a qué partido pertenezca, para que funcione al
límite de sus posibilidades. Si su gestión es positiva beneficia a todos los
argentinos de buena voluntad. Cuanto más alta esté la vara, demandará mayor
esfuerzo y creatividad para las fuerzas políticas en sus propuestas
superadoras. Esa es la manera de crecer y desarrollar a un país y a una
sociedad. Esto es bueno para todos en conjunto y no para ninguno en particular.
Juan Domingo Perón dijo en el año 1953:
“El año 2000 nos encontrará unidos o dominados”. Se refería a la unión de
los latinoamericanos para lograr el desarrollo, pero también se aplica con gran
certeza a lo que nos viene sucediendo a los argentinos desde hace décadas.
Precisamente, después de las PASO pareciera que recrudece la brecha que nos
separa. Una serie de manifestaciones violentas como la bomba en el Indra, el
incendio de los autos en el Ministerio de Seguridad en La Platas, un auto
estacionado frente a los tribunales de Lomas de Zamora con un artefacto
explosivo. Los ataques de los mapuches reclamando las tierras que, según afirman,
les pertenece por tratarse de la herencia de sus ancestros. Si fueron de su
propiedad, sería totalmente justo escucharlos y debatir en el Congreso la
manera de reconocerlos. Lo que no puede aceptarse en una sociedad democrática
es el uso indiscriminado de la violencia para reclamar por sus supuestos derechos.
No es el camino emprender una escalada violenta que va creciendo de manera
exponencial. Atacan con fiereza a lugares como a la estación ferroviaria La
Trochita, una línea eléctrica, la casa de Chubut, la oficina del jefe de
Gabinete de la provincia, puestos y galpones de estancias, entre otras cosas.
En el medio de todo esto, la desaparición de Santiago Maldonado. A lo que sigue
su utilización política para esmerilar al gobierno de turno. La viralización de
la campaña por las redes y por cualquier medio al que puedan acceder revelan
que lo que menos les interesa a quienes la origina es lo que pase con
Maldonado. Solamente aprovechan para crear el caos y denostar al gobierno como
si fuera una dictadura. Comparan a Macri con Videla. Es una forma de despreciar
a Maldonado y su familia que realmente viven el dolor de la desaparición. Que
Maldonado no aparezca le es más funcional a los que usan su desaparición para
sus intereses que para el gobierno. La Justicia investiga y colabora con ella
el Gobierno a través del Ministerio de Seguridad mediante el uso de las fuerzas
de Seguridad, con excepción de la Gendarmería, que es parte y no debe asumir
esa función. Por supuesto, no olvidemos a Maldonado. El deseo de la sociedad es
que aparezca con vida. Por él y su familia, en primer lugar y por nosotros
mismos. La Justicia sigue avanzando en su investigación. Mientras, desde las
bases hacia la dirigencia y viceversa, debemos acercarnos los hijos de esta
patria para tolerarnos y aceptarnos. Somos partes de un todo. Urge cerrar la
grieta para madurar y crecer como ciudadanos de esta República. Lo demás,
encarado en la confrontación y el odio es parte de un pasado superado por el
avance de la civilización. No hay otra manera de construir un país que ponerse
de acuerdo en el modelo y tirar parejo para adelante. Argentina es una sola y
en ella vivimos todos. Por eso, una y otra vez, la consigna es: urge cerrar la grieta.
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