El litio es un mineral que tiene una proyección a futuro inmejorable. Se
lo utiliza en las baterías, cada vez más usadas en los elementos tecnológicos
de última generación. En los acumuladores de los autos eléctricos. También en
medicamentos, vidrio y arcillas. Se producen, en la actualidad, 40 mil
toneladas anuales y se puede triplicar esa cantidad en poco tiempo.
Nuestro país cuenta con reservas muy significativas. Estamos en
condiciones de convertirnos en uno de los mayores exportadores del mundo de
este producto. Lo cual generaría ingresos de muchos millones de dólares. Argentina, junto a Chile y Bolivia son parte
del llamado “triángulo del litio”, la denominación está originada en la región
que tiene las reservas del 70% de ese mineral en el mundo. Está situada en la
altura de la Puna de Atacama y comprende a los salares de: El Hombre Muerto
(Argentina), Uyuni (Bolivia) y Atacama (Chile). La producción mundial del litio
es de 192 mil toneladas. Australia es el principal proveedor con un 40% del
total. Chile, lo sigue con el 33%. Después Argentina, con el 16%. Es un negocio
en estado de desarrollo, se calcula, de unos l2 mil millones de dólares en el
mundo. De los cuales Argentina participa con 300 millones. Pero la proyección
indica. Que para el 2025 alcanzará los 7700 millones de dólares por el consumo
de 700 mil toneladas de litio. Actualmente en nuestro país existen dos saleras
en actividad. En Catamarca, El Hombre Muerto, de la empresa FMC, que extrae
22.500 toneladas. En Jujuy, Olaroz, de Sales de Jujuy, con 17.500 toneladas.
Hay dos proyectos en desarrollo; Cachuri de Minera Exar, en Jujuy y Salar del
Rincón, de Energy, en Salta. Además, en períodos de definición, existen siete
más. Esos son Antofalla, Tres Quebradas y Sal de vida, en Catamarca y
Centenario, Gallego Proyect, Mariana 1,2 y3, Salar de ratones y Pozuelos en
Salta. Realmente existen unas posibilidades enormes a futuro con la extracción
de este mineral. Las demandas de consumo de aquí al futuro son inmensas.
Contamos con unas reservas que nos colocan en los primeros lugares para proveer
el producto. En estas circunstancias se plantea la discusión sobre la modalidad
de encarar el negocio. Porque si bien el valor del mineral, como producto
primario, aumentará a precios muy importantes, como está previsto en las
proyecciones sobre el incremento del uso en la medida que se profundice el
desarrollo de los autos eléctricos, que está en vías de despegue. Se calcula
que desde ahora hasta el 2025, los autos impulsados por motores eléctricos irán
reemplazando a los alimentados por derivados de petróleo como combustible.
Serán muchos millones de autos que se fabricarán con esta tecnología. Lo cual significará
una demanda fenomenal del lito para la provisión de las baterías como partes
imprescindibles de esos automóviles. Desde el 2015 a la fecha, se duplicó el
valor del mineral, de 3400 dólares por tonelada a 6800 dólares por aumento de
la demanda. Se supone que cuando, se incremente, todavía mucho más, el valor se
multiplicará en la misma proporción. Entonces comienza a debatirse el tema de
que es lo que puede generar, para Argentina, la explotación de un producto tan
requerido como este, con tanto futuro en su comercialización y la alta
capacidad de nuestras reservas. Si se lo toma como cualquier otro mineral,
dejan muy exiguo porcentaje del valor de sus extracciones. Alrededor del 3,5%
es el valor en la boca de mina más impuestos e ingresos brutos. La necesidad
del mercado le otorga otro valor por la utilización. Tiene un gran contenido
estratégico que debería repercutir en el encasillamiento del litio en cuanto a
la propiedad de los yacimientos y la generación de la actividad como renta
considerando su incidencia en la demanda energética del presente y del futuro
cercano, con el desarrollo de fuentes energéticas renovables y no contaminantes.
Hay otro punto que demanda el debate. Es cierto que, como dice el Secretario de
Minería de la Nación, Daniel Meilan “No
se puede pretender que ahora se ponga en consideración la posibilidad de
instalar fábricas de baterías, cuando es una actividad que recién se inicia.
Para llegar a esa instancia, a otros pases, les ha llevado muchos años”.
Las razones se basan en la división de trabajos a nivel global. Además, la
fabricación de las baterías tiene un costo muy alto que se reduce por las
escalas y las tecnologías que se manejan. Una planta dedicada a estos fines en
China, EE.UU. o Europa está en condiciones de producir enormes cantidades de
unidades. Competir a ese nivel, demandaría inversiones e infraestructura lejos
de nuestro alcance en estos momentos. Chile exporta todo lo que extrae. Bolivia
ha decidido tomar por el camino de sumar le al negocio valor agregado, su
gobierno u proyecto aprobado por sus legisladores para encarar la
industrialización del litio, con una inversión de diversas empresas
internacionales de 900 millones de dólares. En un quinquenio, la venta de
materiales catódicos y baterías produciría un ingreso anual de 1.500 millones
de dólares, que equipararía al total de la explotación minera del conjunto de
los sectores. Son datos para tomar en cuenta. Amerita un debate y análisis
técnico sobre el rumbo a seguir. Es indudable que esta es otra de las
fortalezas para contribuir a la grandeza de Argentina. Producir más de lo que
se gasta es la manera. El litio es otra excelente oportunidad.
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