Por Francisco Grillo
Es quizás,
una de las mejores oportunidades de Argentina. El sector que promete
convertirse en uno de los mayores recursos para la construcción del nuevo país
posible. La dimensión de la riqueza del yacimiento de hidrocarburos de Vaca
Muerta es una verdadera fortaleza.
No es
descabellada la idea de ir presentando, uno a uno, los sectores productivos que
pueden generar los ingresos genuinos para desandar todo lo mal andado y
emprender el crecimiento y desarrollo sustentable de un territorio como este. “Bendecido
por Dios”, más que bien aplicada esta frase con que Jorge Ben Jor describía
a su “País tropical”. Argentina no es Brasil. Porque no es tropical, no tiene
la extensión de su geografía y su mercado demográfico, ni su impronta ejecutiva
y actitud. Pero nadie duda que, en el reparto de bienes, Dios o la naturaleza,
privilegiaron estas tierras. Brasil, con todos sus problemas, puede mostrar
cifras económicas, productivas y comerciales que lo colocan en posición de
competitividad en las grandes ligas de las naciones. Nos desviamos por un
instante de Vaca Muerta para una breve descripción del país hermano. Así podemos
apreciar cuanto nos alejamos de su realidad y como cambiar la actitud para
acercarnos. Es la sexta economía a nivel mundial por el PBI, según datos de la
OEA. La mayor de América Latina y la segunda de América. La inflación es del
2,9%. El dólar está a 3.71 reales. Las exportaciones son de 190.000 millones de
dólares. Importa por 171.000 millones. Los productos que se venden al exterior
están compuestos por una parte de su sector agrícola y ganadero, pero
fundamentalmente por una enorme cantidad de manufactura industrial y de alta
tecnología como automóviles, armas, aviones, barcos, plataformas submarinas
para extraer petróleo, etc. Una población de 210 millones de personas y una
fuerza laboral de 108 millones. En la cantidad y calidad de sus exportaciones
podemos comprender nuestras diferencias. Hay un alto valor agregado en sus
ventas al exterior, A diferencia nuestra que vendemos mayormente productos
primarios, salvo reducidas excepciones. Cuantos fueron y son nuestros errores
en la administración y planificación de una nación que está para más. Parecido,
aunque lejos de la dimensión de Brasil, estamos para entrar a jugar en esas
ligas, porque podemos multiplicar nuestros ingresos simplemente explotando
nuestras riquezas en forma racional e inteligente. Eso es lo que nos falta,
racionalidad e inteligencia. Además, a los brasileros los distingue su actitud
positiva para lograr lo que se proponen. Debemos convencernos que, llegar a
esas metas, está a nuestro alcance. Solo es necesaria la voluntad de hacerlo.
Vaca Muerta es un claro ejemplo de lo que sería posible. Con una
superficie de 30 mil km2, es la mayor formación sedimentaria de shale gas y
shale oil de nuestro país, el segundo a nivel mundial para gas no convencional
y el cuarto en el mundo, de petróleo no convencional. Ubicado en el Sudeste, en
la Cuenca Neuquina. Las investigaciones han demostrado que, en este lugar hay
reservas por 16,2 millones de barriles de petróleo y 308 TCF de gas. Esto
significa, ni más ni menos, multiplicar por diez las reservas de Argentina
por esos conceptos. Es un gran desafío que se está llevando adelante y que
significa, además del alto rendimiento económico, una generación de empleo para
500.00 personas de acá al 2025. Ya comienza a dar sus frutos y convertirse en
realidad. Con las inversiones realizadas en los últimos 2 años se ha conseguido
un excedente en la producción de gas que nos permitió volver a exportar, luego
de la carencia en que estábamos sumidos antes de profundizar el proyecto. Eran
épocas que se compraban cargamentos de gas que se transportaban en barcos desde
el exterior por precios muy elevados. Dejamos de importar, nos autoabastecemos
y comenzamos a exportar Es el inicio del desarrollo energético que colocará a
la Argentina entre los principales productores de estos recursos del subsuelo.
No hay dudas, este es el camino, hay que seguir estos primeros pasos para ser
una Argentina adulta, productiva y que aprovecha sus recursos sesudamente.
También el modelo de este proyecto es una prueba de lo que puede la
Argentina cuando se lleva adelante una política de Estado con un objetivo
definido y el gobierno siguiente mantiene lo realizado por el anterior y lo
continúa, profundizándolo. Eso es jugar para él país. Las primeras
inversiones para la explotación de Vaca Muerta llegaron en el año 2013, con el acuerdo entre YPF -
con Galuccio como CEO - y Chevron, con un aporte de 1240 millones de dólares
por cada una de las empresas, para comenzar los trabajos de exploración. De
allí en más se fue avanzando. En los últimos dos años los inversores
intensificaron su interés y se concretaron varios acuerdos importantes. Hoy, 30
empresas operan en el lugar - Total y Schulumberger, Pan American Energy,
Shell, Pluspetrol, Tecpetrol, Pampa, Exxon, YPF - entre otros, llevan
invertidos alrededor de 8.500 millones de dólares. La actividad va creciendo y tiene impacto
directo en Añelo, una localidad de 2.250 habitantes a 7 km de Vaca Muerta y a
100 km de la capital de la provincia. La explotación de Vaca Muerta va
modificando el status de este pueblo que crece velozmente y va transformando su
modus vivendi por la multiplicación de su población impulsado por el
mega emprendimiento. Necesitará de la estructura adecuada para convertirse en
receptor de esa cantidad de nuevos habitantes y demandará nuevas viviendas,
hoteles, restaurantes, consumo en general, esparcimiento, escuelas y
hospitales. La infraestructura del transporte con más rutas, micros, camiones y
aviones. También impacta en la provincia de Buenos Aires por la utilización del
puerto de Bahía Blanca para la salida del petróleo y el gas. Está proyectado
adecuarlo a las nuevas necesidades con una inversión de 1200 millones de
dólares. El transporte desde Añelo a Bahia Blanca será realizado por “El Tren
Norpatagónico”, con una inversión de 750 millones de dólares. Vaca muerta, ya está rindiendo sus frutos y la
proyección nos brindará miles de millones de dólares para sostener nuestro
desarrollo. Las fortalezas construyen nuestro futuro.
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