Por Francisco Grillo
Nuestra ciudad de Buenos Aires. La orgullosa Reina del Plata, una de las ciudades más importantes y activas del mundo, parecía
estar aletargada en su desarrollo. Debemos reconocer, que, más allá de las
ideologías se ha avanzado en muchos aspectos. Se encuentra en plena ejecución
el plan Buenos Aires Sin Barreras. Para los vecinos de la Comuna 11, este tema
es Amor sin Barreras.
Este
plan incluye la construcción de tres viaductos para elevar pon encima del nivel
de superficie las siguientes líneas ferroviarias: El San Martin, desde Palermo
hasta la estación La Paternal, en una traza de 5km. El Mitre, ramal Tigre,
desde Dorrego hasta Congreso, 3.9 km de extensión y el Belgrano Sur, desde
Sáenz hasta la estación Constitución a lo largo de 5,6 km.
Se completa con el
soterramiento del Sarmiento. Para el resto de los pasos a nivel se proyecta
resolverlos con la construcción de túneles. Se estima que, en un plazo de
cuatro años, la ciudad de Buenos Aires alcanzará a eliminar todos los pasos a
nivel de las líneas ferroviarias. Todas estas obras tienen el objetivo final de
interconectar a todas las líneas ferroviarias mediante el sistema RER (Red de
Expresos Regionales). Para que el funcionamiento de este proyecto sea óptimo es
necesario un aumento de las frecuencias. Para que esto suceda es imprescindible
eliminar todos los pasos a nivel. De no cumplirse este primordial requerimiento
las barreras estarían cerradas prácticamente todo
el tiempo
Titulamos
Amor sin
barreras porque en estas líneas está condensado
el pensamiento de los que habitamos estos espacios. Aquí vivimos y eso conlleva
todo lo que hacemos en forma cotidiana. Transitar por las calles, usar los
transportes públicos, ir de compras, estacionar nuestros vehículos, ir a
trabajar, comer, llevar los chicos al colegio. Somos las fuerzas vivas de estos
barrios. También pagamos impuestos y votamos. Lejos de ser un reproche, es una
realidad. Un derecho y una obligación. También apoyamos, que es una elección.
La palabra amor en el título, porque somos vecinos que
tenemos ese sentimiento por nuestros barrios. Es el terruño, el arraigo.
Nuestra infancia, la de nuestros hijos y será la de los nietos. Son barrios que
parecen pueblos. La gran mayoría de los habitantes residimos en estas tierras
desde hace muchos años. Hay lazos imperecederos. Por esa razón, por el sentimiento que tenemos a estos lugares,
nuestro sueño es que los temas referidos a la eliminación de los pasos a nivel
se resuelvan de la manera más adecuada. Aparte de la emotividad, que puede ser
considerada superflua en la racionalidad de las obras para mejorar un sistema,
ponemos en juego embellecer estas zonas con una obra que es una definitiva y
sustentable solución al perjuicio de la división que producen las vías en la
conectividad. El BAP (Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico), que luego de
nacionalizado en 1948, se llamó, General San Martín, opera desde hace mucho
tiempo. La construcción de su trazado comenzó en el año 1882, hace 135 años. En
aquella época remota, ya sus vías se establecieron elevadas hasta Palermo, el
primer paso a nivel es el de Honduras. Entonces se podía. No continuaron en
altura porque no era necesario. La ciudad era muy precaria y chata, todavía.
Con el tiempo fue creciendo. Nosotros también, e íbamos contemplando como las
ciudades del mundo solucionaban sus problemas viales de la manera más
inteligente. Por lo general, por arriba. Siempre nos preguntábamos. ¿Por qué no
llegan para Buenos Aires esas soluciones después de más de
100 años de ferrocarril? ¿Cuándo se reemplazarían esas barreras anacrónicas? Que nos hacen perder mucho tiempo, se llevan tantas vidas y contaminan constantemente con las filas de autos detenidos con los motores en marcha. Ahora llegó el momento y damos las gracias. Por eso reclamamos.
Para no esperar otros 135 años por una obra más inteligente. Con los 10
túneles, no alcanza. No se libera la conectividad de 5km de cruces interrumpidos por las vías. Es ahora
o no será nunca. Esto es pensar a largo plazo.
Según manifestaciones de las autoridades el costo de la obra es de
alrededor de 200 millones de dólares. Habría que presupuestar cual es la diferencia de costos con la construcción de los 10 túneles faltantes. Siempre hay posibilidades de amortizar la diferencia que se produzca. Está la posibilidad de disponer de
recursos que puedan originarse por los cambios que genere la misma. La comercialización de algunas de las hectáreas que
quedarían disponibles
en la superficie y la explotación del estacionamiento en otras. Esto puede solucionar el
colapso que existe en este tema en la zona y produciría la posibilidad
estacionar cerca de las estaciones al tránsito que ingresa de la provincia y
utilizar el tren. De esta forma, aliviaría la densidad de circulación en la ciudad. No olvidemos que el tren elevado, sin paso a
nivel, como parte de la Red de Expresos
Regionales, aumentaría la frecuencia y se reduciría el tiempo de viaje. Con lo cual se podrá viajar con más comodidad
y rapidez. Hasta es mejor alternativa que la del
subte, ya no tendría mucho sentido la postergada línea G. Como opinaron vecinos y otros medios, el
viaducto elevado permitiría el ensanche de la calle Ricardo Gutierrez, que
originaría un nuevo acceso de la provincia a la ciudad y también desahogaría a
otras arterias. Se abrirán todas las calles asegurando la conectividad que
carecemos. Disminuirían los accidentes generando seguridad vial, Se agilizará
el tránsito, Se fomentará el uso del transporte público en lugar del privado.
El impacto ambiental será menor que a nivel. Por supuesto, también se reservarán áreas destinadas a espacios verdes para recreación y deporte, bicisendas,
escuelas, oficinas públicas, etc
Esto deseamos para nuestro amado terruño. Que
se resuelva con tecnología, ingeniería y con Amor sin barreras. Si los ingleses pudieron en aquellos lejanos tiempos, porque no,
ahora nosotros. Es algo que esperamos desde hace varias vidas.
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