Hoy a las 5.30 am hora de
Argentina, se llevó adelante en Roma la
ceremonia inaugural del pontificado del flamante papa Francisco. En una solemne homilía pronunciada en
italiano, el papa argentino frente a los miles de fieles que lo acompañaron y
las 132 delegaciones de países del mundo dijo: "Nunca olvidemos que el verdadero poder
es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada
vez más en ese servicio que tiene su vértice luminoso en la cruz; debe poner
sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él,
abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y recibir con afecto y
ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los
más pequeños". Con esas palabras dedicadas al servicio, Francisco
inauguraba su ministerio petrino.
Horas antes y para sorpresa de todos los
presentes, realizó un saludo telefónico a todos los jóvenes que se encontraban
en vigilia en la Catedral Metropolitana a la espera de la ceremonia de
entronización. “"Que no haya odios, peleas, dejen de lado la envidia(…)No
le saquen el cuero a nadie, dialoguen(...)Que entre ustedes este deseo de
cuidarse vaya creciendo en el corazón y acérquense a Dios. Dios es bueno, Dios
siempre perdona, Dios comprende, no le tengan miedo" Para finalizar la sorpresiva comunicación con los fieles y antes de
enviar una bendición a todos los que estaban frente a la Catedral aguardando
bajo el frío de la noche, les dijo: "Dios es padre. Acérquense a él. Y que
la Virgen los bendiga mucho, que ella como madre los cuide"(…) "Y por
favor no se olviden de este obispo, que está lejos pero los quiere mucho. Recen
por mí".
Hoy y siempre, rezamos por vos, Francisco.
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