Por Francisco Grillo
En este caso, la fortaleza no está representada en un recurso que genera
productividad por sí mismo. Pero si, se constituye en el vector de la
generación de recursos porque es la infraestructura que puede potenciar, a
menores costos, el traslado de los recursos hacia los mercados de consumo y de
elaboración locales y del mundo. Su importancia es fundamental. Como todos los
temas que tratamos, está en desarrollo. Es vital continuar en ese rumbo y
profundizarlo.
Desde el punto de vista estratégico el ferrocarril de
carga es un aliado en el momento de la optimización de una fase decisiva en la
cadena de valor de la productividad. Nos referimos a la logística con su
elevado costo de los fletes. En los sectores agropecuario, industrial y de
servicios el transporte de la mercadería tiene un alto porcentaje de incidencia
en el costo de los mismos. Bajarlos es una de las formas más efectivas de
mejorar la competitividad y abriría la oportunidad de llegar a más mercados lo
cual multiplicaría la colocación de productos a valores más reducidos tanto en
el mercado local como en la exportación. La alternativa al camión, que es la
actual gran proveedora del transporte y resulta muy onerosa e incide
peligrosamente en la cadena de comercialización hasta llegar a los puntos de
venta. Buscando la forma de no perjudicar a ninguna de las partes, los camiones
pueden manejar la logística entre productores, ferrocarril y puntos de venta.
También los transportistas del camión podrían acceder a la posibilidad de
participar en las operaciones ferroviarias ya que está abierta la inclusión de
privados para invertir en el sistema de cargas. Se ha puesto en marcha, en mayo
del 2018, el Sistema de Operación Abierta de Trenes de Carga. En un anuncio
realizado por Guillermo Dietrich, Ministro de Transporte de la Nación, en la
Bolsa de Comercio de Rosario. Manifestó que: “el nuevo sistema permitirá bajar los costos logísticos del transporte
en la cadena productiva y el desarrollo de las economías regionales. A partir de hoy
estamos transformando un sistema que cambiará profundamente la
estructura productiva de nuestro país. Se trata de una mirada profunda en
un punto estratégico para el desarrollo que es la logística, y generando
oportunidades infinitas e impensables para cientos de miles de productores, trabajadores
y fabricantes de bienes en distintos lugares del país que por falta de
infraestructura no podían llegar a los puertos o a los centros de consumo”. Actualmente el ferrocarril de carga transporta el 4% de la carga
generada en el país. El objetivo es alcanzar, en una primera etapa, el 15%. en
las líneas Belgrano, San Martín y Urquiza, que son los tres ramales de carga
gestionados por el Estado y sumando a los concesionados privados como Ferro
Expreso Pampeano (Techint), Nuevo Central Argentino (Aceitera General Deheza) y
Ferrosur Roca (Camargo Correa).
Para llegar a esos logros se está trabajando e invirtiendo en la
renovación de las vías, material rodante, puentes y accesos a las terminales en
la rede estatal.
En
el recorrido del Belgrano Cargas, el
plan contempla el reacondicionamiento de alrededor de 1800 km de vías. En la
primera etapa, se han terminado 440 kilómetros de los 535 previstos. Se han
invertido $ 5.700 millones en tramos de las provincias de Santa Fe, Chaco y
Santiago del Estero. Está prevista una inversión de $ 13.500 millones
financiada por capitales chinos. Restan dos etapas, la primera se encuentra en
construcción y se desarrolla a lo largo de 360 kilómetros y resta la última de
300 kilómetros. En cuanto al material rodante se incorporaron 107 locomotoras y
3500 vagones. En 2017, esta línea transportó 1.250.000 toneladas y se espera
llegar, en 2020, a los 9 millones.
En lo que respecta al San Marín Cargas,
que une Mendoza con Rosario, se estás gestionando con China la financiación de
las obras de renovación de vías, durmientes, material rodante y accesos
complementarios.
El eje central en los tres proyectos
es comunicar al ferrocarril con los barcos a través de los puertos. Como está
ocurriendo con el Norpatagónico que conectará a la localidad de Añelo
(Vaca Muerta) con el puerto de Bahía Blanca. Contará con la inversión de 500
millones de dólares por el sistema de Participación Público Privada (PPP) para
la ejecución de las obras de recuperación de las instalaciones de una extensión
de 700 kilómetros y restaría la renovación del material rodante. La función
principal de este ramal sería el transporte hacia Vaca Muerta de los insumos
para la exploración y explotación de los recursos de Vaca Muerta y hacia el
puerto la producción extraída además de otras fuentes mineras y agrícolas.
Esta es la fortaleza que debemos desarrollar
en la infraestructura para alcanzar el máximo rendimiento de nuestro capital de
recursos mal administrados que nos convierte en pobres porque, a lo largo de
nuestra historia, no tuvimos la inteligencia o la voluntad para hacernos cargo
de la alivianada herencia que nos dejó la Madre Naturaleza. Todo este relato
que suena tan tentador depende de las energías que pongamos para avanzar y no
quedarnos a mitad de camino. Gobierne quien gobierne.
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