Con un total de 32 medallas, Argentina ganó los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018 de punta a punta: por su organización, por los resultados pero por sobre todo, por su gente.
Por Micaela Piserchia
(@micapiserchia)
Durante 12 días la ciudad de Buenos Aires vivió la máxima fiesta deportiva de la historia: los Juegos Olímpicos de la Juventud. Y se sacó un 10. Por todo, porque los resultados fueron muy buenos para los deportistas argentinos, pero sobre todas las cosas porque el espíritu olímpico contagió y toda la delegación nacional compitió a estadios llenos.
Desde el 6 de octubre en el que se realizó la ceremonia de apertura hasta que se apagó el
pebetero el 18 con la ceremonia de clausura, Buenos Aires 2018 fue una total locura. Con más de 700.000 espectadores, los Juegos Olímpicos de la Juventud en la ciudad batieron todos los récords de asistencia hasta el momento. Datos para tener en cuenta: en Singapur y Nanjing (Primer y segundo Juego de la Juventud en 2010 y 2014, respectivamente) la entrada no era gratuita sino que los tickets eran de bajo costo. Sí fueron gratuitos los Juegos de la Juventud de Invierno de Lillehammer en 2016, pero claramente Buenos Aires marcó un hito. Los argentinos abarrotaron los parques sin importar que fuera día laboral o de fin de semana: colas eternas para entrar a los parques y también a los estadios. Nadie quiso perderse la fiesta. Incluso sin conocer a quién iban a ver… la cosa era alentar a Argentina. Porque era nombrar a Argentina y los estadios se caían abajo.
La gente acompañó desde el momento uno y lo más positivo incluso es que ganó la familia y la juventud. Los parques estuvieron inundados de Sub25 y de muchos, pero muchos niños con sus familias con ganas de alentar a los argentinos y de probar las diferentes opciones que ofrecían para divertirse en los Parques, que iba desde juegos en las plazas o los stands de iniciación deportiva.
Y no solo hubo público que se acercó tras sacar su pase olímpico… sino que también hubo gran nivel de asistencia por parte de las escuelas. Las mismas pudieron ir a ver las competencias deportivas mediante el programa “La escuela va a los Juegos” y gracias al cual casi 300.000 estudiantes de distintas escuelas de la ciudad pudieron ser parte de la máxima fiesta deportiva en la historia argentina. El clima también hizo su juego y trajo consigo unos días espléndidos para que Buenos Aires2018 fuera perfecto. El calor y el sol fueron protagonistas e hicieron de los Juegos un sueño. En resumen… un 10.
Quizás el único aspecto negativo a tener en cuenta es la tremenda cantidad de gente que se acercó, que si bien es mega positiva, al ser estadios con capacidad limitada y sin ticket, hizo que se complicara el ingreso y que la gente no pudiera esperar cómoda a ver los espectáculos deportivos.
A la vez se generó malestar e impaciencia, pero estos sucesos ocurren cuando se trata de un evento deportivo tan grande y que encima superó las expectativas de convocatoria.
Por el lado de lo deportivo también puede deducirse un resultado muy optimista. Es que nuestro país ganó –extraoficialmente ya que no existe el medallero de la juventud para el COI- 31 medallas y fue el Juego más exitoso para Argentina. Las 11 de oro fueron para Sol Ordás (Remo), Agustina Roth e Iñaki Iriartes (Ciclismo BMX Freestyle), Dante Cittadini y Teresa Romairone (Vela), Beach Handball, Básquet 3X3, Hockey 5s mujeres, Facundo Díaz Acosta y Sebastián Baez (TENIS), Nazareno Sasia (ATLETISMO – Bala), Fausto Ruesga (volcadas básquet), Rugby 7s y Brian Arregui (boxeo). Las plateadas fueron para Delfina Pignatiello x 2 (Natación), Martín Espíndola (gimnasia), Broly – Mariano Carvajal Matus (breaking), Facundo Díaz Acosta (tenis), Linda Machuca (lucha), Agustin Giannasio (tiro con arco), David Almendra (lucha), Franco Serrano (pentathlon moderno), Agustín Osorio (atletismo). Y por último, las medallas de bronce quedaron en manos de Tomás
Herrera y Felipe Modarelli (remo), Santiago Escallier (gimnasia trampolín), Facundo FIrmapaz (tiro), beach handball masculino, Valentín Rossi (canotaje), hockey s5 masculino, básquet 3x3 equipo femenino, Ela Anacona y Mateo Fernández (golf), Mirco Cuello (boxeo) y Mauro Zelayeta y Bautista Amieva (beach volley).
En comparación con los Juegos anteriores, Argentina mejoró de punta a punta su actuación. En Singapur obtuvo seis y en Nanjing 11 contando los equipos internacionales (algo que suele hacerse en estos juegos para fomentar el vínculo entre las demás naciones), por lo que estas 31 medallas son un importante valor a futuro. Lo que no hay que soslayar es el hecho de que las naciones más fuertes a nivel deportivo (China, Rusia y Estados Unidos) no llevaron de lo mejor que tiene ya que toman a estas competencias como prueba para los más jóvenes.
Todos estos chicos fueron elegidos bajo el programa del ENARD e hicieron un proceso muy largo, de tres años y medio de entrenamiento y de viajes al más alto rendimiento. Un orgullo y sobre todo fue muy importante que pudieran competir de local y con el aliento de su gente.
El mundo fue testigo de algo récord y Buenos Aires fue un gran organizador. A tal punto que Thomas Bach, el presidente del Comité Olímpico Internacional, no descartó de postular a Buenos Aires como sede candidata para organizar los Juegos Olímpicos de mayores en 2032. Cabe recordar que el año pasado la ciudad desestimó la candidatura de los Panamericanos de 2023, que finalmente quedó en manos de Chile. ¿La única –y gran- traba? La económica, por supuesto.
El fuego se apagó pero una llama quedará prendida para siempre en todos aquellos que pudieron presenciar aunque sea un ratito de Buenos Aires 2018. Chapeau.
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