Por Micaela Piserchia
Argentina obtuvo un total de 165 medallas y se posicionó cuarta
en el medallero general por solo un oro de diferencia. De esta manera se
concreta el segundo Juego Suramericano (ocho años) en el que nuestro país no
solo no es líder sino que también está fuera del podio. ¿Es para preocuparse?
El viernes se dieron por finalizados los Juegos
Suramericanos de Cochabamba y los datos son claros: Argentina nuevamente
terminó fuera de los tres mejores países de Sudamérica. Con 165 medallas (mejorando
Santiago en el total pero con cuatro oros menos y con 25 deportistas menos) la
actuación de los 535 deportistas fue suficiente para alcanzar un cuarto puesto arañando
el tercero por solo una medalla de oro, aunque la diferencia con Brasil y
Colombia continuaría siendo abismal.
Los Juegos Suramericanos marcan el inicio de una etapa,
generalmente el ciclo olímpico venidero en el que los deportistas comienzan a
transitar su camino hacia los Juegos Olímpicos de turno. Por eso muchos ciclos
se cierran, otros comienzan y otros tantos se retroalimentan y vuelven a
barajar cartas modificando y ajustando detalles que provienen de la etapa
anterior.
Y se desprenden varios interrogantes… ¿Se están haciendo
bien las cosas? ¿A qué se apunta como país? Los números no mienten y reflejan
una verdad: hace 12 años (tres Juegos) que Argentina no está en el primer
puesto del medallero ni tampoco llegó al podio, teniendo en cuenta que desde la
primera edición de los Juegos ocupó al menos un lugar en él. Desde La Paz 1978
hasta Cuenca 1998 nuestro país fue el ganador por excelencia, en Brasil 2002
terminó tercero y a partir Buenos Aires 2006 -donde fue otra vez primero- en
adelante, la delegación nacional se colocó cuarta.
Es menester resaltar que uno de los deportes más fuertes, la
natación, asistió con una delegación acotada y de juveniles. De las 159
medallas de Santiago 2014, 21 fueron de natación (12 platas, 4 bronces y cinco
oros) y este año no se consiguió ninguna. De todos modos es imposible caerle a
chicos que quizá no contaban con la preparación suficiente para competir en
este tipo de competencia, pues tampoco están claros los motivos por los cuales
los nadadores de la selección “titular” no compitieron (circula una versión de
diferencias entre la CADDA y el ENARD por la falta de financiación de la
aclimatación en la altura). En consecuencia, uno de los problemas reside en las
decisiones que toman las federaciones en no llevar lo mejor.
Por ejemplo, la Federación Argentina de Canoas argumentó que
desde el ENARD les sugirieron llevar Sub 23 para prepararse mejor para los
Juegos Suramericanos de Lima, que en este caso no fue tan perjudicial porque el
canotaje continúa siendo potencia. Entonces, ¿quiere decir que los Juegos
Suramericanos no son medida para los Senior de Argentina? En algunos deportes
sí y en otros deportes no.
El ejemplo del hockey es el más claro pues la diferencia a
nivel sudamericano continúa siendo bestial: ambos seleccionados (sin ser los
titulares) ganaron por muchísima diferencia sus partidos, exceptuando los de
Chile, que sí fueron ajustados. En contrapartida, un deporte en el que es muy
fuerte la competencia sudamericana es en el patín carrera, dado que Colombia es
una potencia mundial y pelea palmo a palmo con Argentina cada año por los
primeros puestos y siempre es medida. En handball fueron con lo mejor y siempre
se genera un mano a mano –casi- previsible en la final ante Brasil. En este
caso en particular se destaca la importancia de tener un objetivo claro, el
cual era la clasificación a Lima. Y ahí se entra en otro debate, ya que hay que
tener en cuenta la calendarización y mantener una escala de prioridades. Por
ejemplo, hay deportes en los que la temporada continúa y es preferible tener
representantes en competencias de mayor nivel considerando los objetivos de
cada deporte (llegar mejor a Lima, Tokio, Mundial, etc). Y, en el caso de que
coincidan con los Sudamericanos, si éstos no tienen un objetivo que los lleve a
su meta más importante, es entendible la decisión de no participar. Entonces
algunos países prefieren no presentar equipos y en otros casos ir con jóvenes,
para foguearlos y prepararlos mejor. Estos datos son subjetivos porque cada
país decide a quién llevar y no existe un reglamento que exija los mejores
equipos o representantes de cada país. Sobre la calendarización, aunque
existiera la chance de colocar los Juegos Suramericanos en momentos en los que
no haya competencias para fomentar una competencia total de país, tampoco
garantiza la presencia de los mejores exponentes en cada deporte. El desafío
también reside en: ¿tenemos equipo competitivos “titulares” y “suplentes” en
todos los deportes? ¿Es posible conseguirlo? ¿Cómo?...
De todos modos, hubo sensaciones positivas con el recambio
de algunos deportes como el nado sincronizado post Mellizas Sánchez con buenas
medallas y visión a futuro. La gimnasia rítmica también aportó lo suyo
renaciendo de las cenizas después de no haber tenido gimnastas de nivel
internacional durante una buena cantidad de año. La sorpresa quizá la dieron
los gimnastas de artística que devolvieron las medallas en la rama femenina, y
dejaron con las ganas de varios oros en la masculina. El pentathlon y el wakeboard
se suman a esta lista ya que el primero fue de las máximas sorpresas al meter a
sus únicas tres participantes en podio y el segundo sumó muchas medallas con
nuevos nombres. La delegación de lucha multiplicó su cantidad de medallas
respecto de Santiago y también es un dato alentador.
El caso del remo no es para soslayar. Las cámaras fueron
testigo de la bronca de los remeros argentinos al quedar por detrás de Chile en
las primeras competencias de los Juegos, aunque después hayan remontado y
aportado la mayor suma de medallas doradas. Seguramente nada tendrá que ver que
los argentinos tengan una Pista Nacional llena de basura de la cual nadie se
hace cargo después de haberse llenado la boca haciendo una campaña mediática
que finalmente quedó en la nada –además de falta de entrenamiento adecuado y
planificación, por supuesto-. Chile fue uno de los países que más creció,
aunque Colombia se llevó todos los flashes, aventajando a Argentina en
muchísimas disciplinas y transformándose en una de las potencias de la porción
sudamericana. Y ni que hablar de Brasil, que no llevó participantes en muchas
disciplinas y aun así le sacó más del doble de medallas doradas al equipo
nacional. ¿Cómo es que países que antes eran inferiores ahora son superiores?
¿Qué cambió?
Estos Juegos también sirven para ver dónde estás parado.
Disciplinas como el rugby, futsal y el patín artístico eran candidatas a
medallas de oro y sin embargo debieron conformarse con otros metales. El rugby,
por su parte, tiene a su selección titular disputando otras competencias
internacionales y llevó jóvenes al igual que el básquet y el fútbol; este
último con una caída de nivel ya conocida públicamente en las selecciones
menores. En esta lista también entran los karatecas y los taekwondistas, quienes
redujeron su cantidad de medallas con respecto a Vargas 2014.
No es el caso detenerse a analizar deporte por deporte, ya
que algunos que siempre cumplen con creces como el tiro, la vela, el ciclismo,
pelota, squash, el judo y el atletismo, por mencionar solo algunos, sino
desprender aristas de las cuales se pueda trabajar a futuro.
Pero así como hay deportes en los que Argentina siempre
tiene buena presencia, hay otros en los que queda evidenciado el poco
desarrollo, como las pesas y el bádminton, por citar algunos ejemplos. Será
tarea de las federaciones y las instituciones involucradas rever la situación
para mejorar y potenciar el deporte para lograr un semillero fuerte y
establecerlos en la adultez.
No hay que olvidar de que se habla de deporte, y acá siempre
hay alguien que gana y otro que pierde. Se puede admitir la derrota y que el
otro puede ser mejor que yo… pero, ¿se puede hacer algo para ser la mejor
versión de uno mismo? Parece la historia del huevo y la gallina, pero desde
algún lado se tiene que empezar a construir.
Es sabido que el deporte amateur es difícil de practicar,
difundir, mantener y fomentar en un país en el que el 99.9% de la atención y la
plata va para el fútbol. Entonces, ¿están funcionando bien las instituciones?
¿Qué hace falta para atraer a empresas que quieran invertir en nuestros
deportistas? ¿Se necesita una estructura pública con políticas fuertes para
generar mayor inversión? Esas pueden ser opciones, como también construir
Centros de Entrenamiento en las provincias para que el deporte no se centralice
únicamente en Buenos Aires, como se proponía en la añeja Ley del Deporte, que
fue vetada por la actual Secretaría de Deportes de la Nación. Capacitación
constante, aquí y allá para deportistas y entrenadores e incluso incorporar estrategias
de marketing adecuadas para promover el deporte en el ámbito privado, que es
donde el dinero se mueve con mayor fluidez. No es hablar de crisis, se habla de
exigencia para crecer. El deporte es tiempo y desarrollo, pero este mismo debe
estar pensado desde una puesta en práctica de la planificación de la prueba y
error, de la retroalimentación y de la corrección constante en la medida que se
cumplen o no objetivos.
Y sí. Se puede exigir a quien corresponda. Porque todavía existen
muchas irregularidades que hacen que el deporte no avance: desde un viaje en
una combi para 10 donde viajan 20, desde la entrega de equipos deportivos con
talles incorrectos y sin muda de ropa que solamente son para eventos
multideportivos, con sponsors fantasmas que llegan cada cuatro años y se van si
no hay medallas, con desorganizaciones internas, por dirigencias corruptas,
porque hoy en día muchos deportistas venden o rifan efectos personales para
pagarse un viaje y la constante presión de mantener una beca para que la vida
deportiva no peligre en los casos en los que no tienen la posibilidad de tener
otro ingreso, entre muchísimas otras problemáticas (grandes y pequeñas) que
existen en el deporte amateur y que hacen a la puntada final en los momentos de
mayor exposición e importancia en la carrera deportiva.
Se puede exigir porque si Argentina era líder cuando no
existía el ENARD ni el apoyo económico, ahora las condiciones para nuestros
deportistas pueden ser diferentes y mejores. Es darle importancia a todo, desde el primer
paso que es un Sudamericano para proyectar un Juego Olímpico. Habrá que poner
el ojo en los países que crecieron exponencialmente en el medallero y tratar de
imitar su modelo para cambiar las platas y bronces por los oros, que los
talentos no sean descubiertos, sino encontrar la manera de “fabricar talentos”,
acompañarlos y apoyarlos en todo momento. Y de definir hacia dónde ir: si
crecer de manera uniforme como país, como potencia en –en lo posible - todos
los deportes o de tener deportistas o equipos destacados aislados.También será
fundamental mantener esta línea que de a poco va cambiando la carrera deportiva
de muchos, apostar a futuro y continuar pensando en optimizar la calidad de
vida de los deportistas, para que su paso por el alto rendimiento sea una etapa
placentera ,con los menores inconvenientes posibles e incluso puedan vivir del
deporte que más les gusta hasta el final de sus días.
Foto: Comité Olímpico