jueves, 28 de junio de 2012

Se fue un grande

Villas es un medio de comunicación, y hoy nos dejó un símbolo de ellos. Nos dejó Juan Alberto Badía, quienes para chicos y grandes fue un maestro. Siempre lucho contra sus malos momentos trabajando y poniendole una sonrisa a la vida. Para los que, de alguna u otra manera, trabajamos en los medios de comunicación, ya sea produciendo, conduciendo, locutando o redactando, fue un ejemplo. Lo más importante es que los estudiantes y trabajadores del multimedio, porque hoy ya no se puede hablar por separado de los medios, honren todo lo que Juan Alberto dio practicando, con humildad, pasión y respeto esta profesión que tanto queremos. Ojalá, Beto, en donde quiera que estés, tengas el descanso que merecés.


Juan Alberto Badía
1947-2012

  Palabras de Juan Alberto Badía en los últimos Martín Fierro
  

Show de tango en el día del amigo


Se acerca el día del amigo y la Sociedad Friulana de Buenos Aires ofrecerá un show de alto vuelo en su sede. A Pasos de Tango Show estará a cargo, a través de sus bailarines, Betsabel Flores y Jonathan Spitel, de brindar, primero una clase para los asistentes, y luego una fehaciente representación de la cultura nacional mediante la performance de los artistas mencionados anteriormente. También, para quien participe, habrá sorteos sorpresas con diferentes premios. Ciertamente es una muy buena opción para disfrutar este día tan especial.
El lugar de encuentro es en la calle Navarro 3974, Villa Devoto, desde las 21. Las reservas se pueden realizar telefónicamente llamando, de lunes a viernes de 16:30 a 20:30, al 4501-0764. Para más información, también, pueden ingresar al facebook del evento o via e-mail. En dicha red social deben buscar a La Firulana Tango, y el correo electrónico para consultas es lafirulanatango@gmail.com




sábado, 2 de junio de 2012

Revolución de Mayo ~ Un análisis ~



La victoria española en Bailén el 29 de junio de 1808 debió ser un llamado de alerta a Napoleón para terminar con la aventura ibérica. En su lucha contra Inglaterra Bonaparte se vio obligado a invadir España. Gran Bretaña encabezaba el bloque continental contra la revolución francesa que irradiaba capitalismo, código civil, relaciones burguesas de producción, secularización de las costumbres y un pensamiento moderno e "iluminado". Por eso mismo la corona inglesa <<salió al paso>> y el Emperador francés en su estrategia anti-inglesa, junto al mesianismo de nuevo César, envió sus tropas a España.


La familia Real española  era una síntesis de las dos Españas dónde se encontraba un el liberalismo borbónico y una última reacción feudal en tiempos dónde el pensamiento iluminado iba ganando terreno. A nuestra América,  ambos pensamientos  habían transmigrado.
La burocracia monopolista de los virreinatos contaba en sus cuadros a los reaccionarios de la España medieval y también con discípulos del liberalismo francés.  Entre ellos, Manuel Belgrano y la juventud revolucionaria de 1810  quienes habían aprendido de los enciclopedistas franceses en las traducciones españolas.

Triste ironía, padeció el entonces capitán José de San Martín en el campo de batalla de Bailén. El capitán  que había  combatido junto a esos hombres en otros tiempos, simpatizaba con la revolución de las luces y admiraba el genio militar de Napoleón Bonaparte.  Incluso, había estado a punto de ser linchado en Cádiz a manos españolas por esas simpatías.  Sin embargo los franceses habían invadido España, vejado sus tradiciones y usurpado el trono, y aunque el capitán había nacido en América aún  en su ser, era  parte de aquella patria descompuesta, dice Jorge Fernández Díaz en  "La Logia de Cádiz" de reciente edición.

 Continuamos en 1808, las juntas populares que surgieron en la España ocupada se unificaron en una junta central y la revolución nacional española llamó a las posiciones americanas a enviar representantes declarando la igualdad de derechos entre españoles y americanos, del mismo modo que la abolición de los derechos abusivos sobre los indios, reconociendo al territorio de América como "parte esencial e integrante de la monarquía española".
 El levantamiento revolucionario de toda América no fue sino la prolongación de la vieja España que pugnaba por remozarse. Nuestra Revolución de Mayo que adquiere casi simultáneamente un carácter continental, no fue un levantamiento contra España.

Dice Jorge Abelardo Ramos en "Revolución y Contra revolución en la Argentina", “dos Españas había y luchamos con una de ellas contra la otra”. No fue para liberarnos de España que Mayo nació, sino para liberarnos juntos del yugo feudal. Americanos y españoles combatieron mezclados en los campos. Si las cortes revolucionarias de Cádiz incorporaban a América a su seno como la gran provincia española de ultramar, la otra España, por boca del Virrey del Perú, llamaba a los americanos "hombres destinados por la naturaleza para vegetar en la obscuridad y abatimiento".
La invasión napoleónica, el estallido de la Revolución de Mayo y la creación de las Juntas americanas similares a las formadas en la península, abren paso a su vez a una generación política que, tal como ocurrió en España se dispone en llevar a la práctica la nueva idea de la soberanía del pueblo en el manejo de sus destinos.

La idea a que han rendido tributo muchas generaciones de argentinos, es que la Revolución de Mayo y sus personajes eran expresión del comercio libre, es decir estaban asociados al interés y a la benevolencia inglesa.

Nuestra revolución es interpretada como norteamericana por el ejemplo del Norte, inglesa por el liberalismo británico y francesa por los libros de los enciclopedistas. Muy pocos han juzgado conveniente emparentarla con el vasto proceso revolucionario iniciado en la península. Entre los argentinos, Alberdi primero, José León Suárez, Manuel Ugarte y Julio V. Gonzalez más tarde, por el contrario, han reafirmado el carácter de la revolución americana y su filiación hispánica.
Esta reseña de ideas no pretende ser más que una sencilla invitación a interesarnos por nuestros orígenes como Nación. Algún pensador sentenció "para saber hacia dónde vamos debemos saber de dónde venimos".
 
                                                            
María Gianninetti de Correa.